Durante la Vigilia Pascual, el obispo de Cartagena, José Manuel Lorca Planes, ha exhortado a toda la diócesis a ser testigos de la resurrección de Cristo. «Ahora es el tiempo de la Iglesia, ahora nos toca a nosotros dar razón de nuestra fe y de ayudar a todos los hermanos a encontrarse con la maravillosa experiencia de Jesús Resucitado. Es tiempo de fe, es tiempo de caridad, es tiempo de contarlo a todos con una sonrisa en la cara y en el corazón».
Con estas palabras de esperanza y exhortación finalizaba el obispo la homilía de la Vigilia Pascual, que ha presidido en la capilla de Santiago Apóstol del Palacio Episcopal, retransmitida por Popular Televisión.
La Vigilia Pascual es la celebración más importante para los cristianos, en la que se conmemora que Cristo venció a la muerte, que la luz vence a las tinieblas, por eso se enciende el cirio pascual y se canta el pregón pascual, uno de los himnos más antiguos de la tradición litúrgica romana.
La Liturgia de la Palabra es más extensa que en otras celebraciones porque narra la Historia de la Salvación, con textos del Antiguo y del Nuevo Testamento y con los salmos que los acompañan. Proclamando la resurrección de Cristo, el canto del Aleluya ha resonado de nuevo en los templos.
Sobre los testigos de la resurrección de Cristo ha hablado el obispo en su homilía, de los Apóstoles y quienes le vieron resucitado y también de sus discípulos hoy: «La resurrección de Jesús había hecho de ellos casi hombres nuevos. No sólo habían readquirido la fe en Cristo, sino que estaban preparados para dar testimonio de la verdad sobre su resurrección. Nosotros somos testigos también de la resurrección de Cristo, hemos visto y hemos oído, por eso tenemos que ser intrépidos y valientes, modestos, dulces, amables en la relación con los otros, sinceros para contarle a todo el mundo la experiencia del encuentro con Cristo Resucitado».
El obispo ha recordado que la Pascua es «un tiempo de gozo, de profunda alegría, de encuentros con el Señor». Un tiempo para «hablar de luz, de esperanza, de futuro, porque la luz de Dios penetra en nuestra vida, se hace presente». Lorca Planes ha interpelado a cuantos seguían la celebración desde sus hogares a «anunciar la resurrección de Jesucristo», para salir así de las «desganas y apatías, de todas las tristezas y de todos los miedos, se llamen Covid-19 o se llamen de cualquier forma».
Al hilo de la canción que se ha convertido un himno en este tiempo de confinamiento, el obispo ha señalado que «resistir no es conformarse, es agarrarse al que tiene la fuerza para vencer: ¡Cristo Resucitado!». Tras la homilía ha tenido lugar la liturgia bautismal, en la que el símbolo del agua «representa la fecundidad; en medio del desierto, edifica oasis de vida».
Al finalizar la celebración, ha comentado que la imagen de la Virgen de la Fuensanta permanecerá en la capilla del Palacio Episcopal, a ella ha pedido intercesión por los que sufren en estos momentos: «Yo sé, Madre, que tú no olvidas a tus hijos. Te encomiendo a todos, especialmente a los que están sufriendo».