Ya lo dijo el exdirector de gabinete de Presidencia de Gobierno, Iván Redondo. Si Yolanda Díaz, ministra de Trabajo y vicepresidenta del Ejecutivo, se presenta a las elecciones con una plataforma independiente, podrá convertirse en un problema para el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Esto no es una especulación. Yolanda no solo amenaza con comerse al PSOE por la izquierda, sino que se ha convertido en la dirigente del ejecutivo más valorada según algunas encuestas. Esto atemoriza a Sánchez y ha obligado al equipo de Moncloa a dar un giro de volante hacia la izquierda para intentar contener la sangría. Por el momento, el PSOE ha hecho suyas muchas reivindicaciones de Podemos, pero ahora quiere, en contra de lo que ellos mismos decían hace meses, abrazar ideas como derogar la prostitución o la reforma laboral.
Yolanda es una amenaza para Pedro. Lo es porque mientras que Pablo Iglesias levantaba pasiones y odios por donde pisara, Díaz representa a una izquierda sin testosterona ni complejos. Y al mismo tiempo, la sensación en Ferraz es que todos los méritos de los que puede presumir el Gobierno de coalición tienen la firma de la ministra de Trabajo. Con todos estos elementos sobre el tablero y un año 2022 claramente electoral, el PSOE ha decidido abrazar a su izquierda para conseguir contener el voto. Sánchez sabe que sufre la erosión de la pandemia y de dos años de de concesiones a los catalanes. Pero ahora ha tomado la decisión de dar la espalda al ala moderada socialista para comenzar los guiños al electorado de Podemos.
Sánchez lo ha conseguido, un PSOE imposible de distinguir de PODEMOS.
Deberían presentarse en coalición a las próximas elecciones, por transparencia. pic.twitter.com/UkKPYGfJEq
— Teodoro García Egea (@TeoGarciaEgea) October 17, 2021
Ha sorprendido a muchos el anuncio de Sánchez de que derogará la reforma laboral de Mariano Rajoy por completo. Lo ha hecho porque el ala moderada socialista no quería acabar con todos y cada uno de los puntos. Sin embargo, Sánchez necesita de golpes de efecto frente a la izquierda para apelar a lo mismo a lo que apelará el presidente del PP, Pablo Casado: el voto útil. Yolanda Díaz ha conseguido hacerse con una imagen que seduce a la izquierda. Solo pesan sobre ella las siglas de Podemos. Y dado que ella no proviene del partido, es probable que se planteen una plataforma con otro nombre. Al menos no lo descartan desde Podemos y desde Izquierda Unida.
La clave de esa «entrega» de Sánchez al programa de Podemos está en la reforma laboral
Abolir la prostitución no es necesariamente una entrega de Sánchez al ideario de Podemos, pero sí una concesión a ese ala feminista que Irene Montero representa. La clave de esa «entrega» de Sánchez al programa de Podemos está en la reforma laboral. La ministra de Trabajo inició su andadura en el Gobierno con el mensaje de que esas condiciones laborales que dejó Mariano Rajoy encima de la mesa debían pasar a mejor vida. Es una obsesión electoral de Podemos derogar esta reforma que disminuyó considerablemente los derechos de los trabajadores, a ojos de la formación morada, y es un mensaje que ellos han lanzado desde que están en el Gobierno hasta la saciedad.
El PSOE, sin embargo, siempre se ha mostrado cauto a la hora de abordar este problema. Los socialistas no querían derogarla entera, no todos, al menos. Hay un sector moderado representado por la vicepresidenta económica del Gobierno, Nadia Calviño, que es partidaria de retocarla, pero no de derogarla. Entre otras cosas, las razones por las que este PSOE conservador no quiere echarla atrás están las reacciones de Europa y la posible frenada a la creación de empleo que podría propiciar.
CALVIÑO, A LA NEVERA
Con la decisión de derogar la reforma laboral, Sánchez ha deslizado a los suyos que ya no confía en ese criterio conservador de Calviño. No al menos para ganar las próximas elecciones. En un primer momento, el presidente (dentro de su afán por comerse el electorado de Ciudadanos), se echó en brazos de su vicepresidenta económica y del ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá. Sin embargo, el empuje de Yolanda Díaz ha llevado a Sánchez a abandonar por completo esa idea y a echarse en brazos del programa electoral de Unidas Podemos. Todo por frenar a una Yolanda Díaz al alza.
Esta decisión del presidente del Gobierno no ha hecho mucha gracia al sector moderado del PSOE, pero no ha abierto una guerra interna. Fuentes del partido aseguran que estos mensajes electorales de Sánchez son pura propaganda y que el presidente forma parte de ese sector de socialistas moderados. Estas fuentes señalan que pese a la pretensión de Sánchez de perdurar en Moncloa a toda costa, el presidente comulga más con los moderados que con los que quieren derogar por completo la reforma laboral y volver al sistema de antes.
Aún así, lo cierto es que el PSOE que se presentará a las elecciones generales no será el mismo que el de hace cuatro años. Sánchez sabe que Iglesias es historia y que Yolanda Díaz representa una amenaza mucho mayor que el exvicepresidente del Gobierno. Tanto es así, que Sánchez quiere cortarle las alas cuanto antes y se ha lanzado a robarle sus potenciales méritos para evitar que Yolanda se apunte más tantos.