Aproximadamente el 18 por ciento de la población española sufre dolor crónico, es decir, 2 de cada 10 personas. Este porcentaje se eleva hasta el 70 por ciento en los mayores de 65 años, según datos de la Sociedad Española del Dolor (SED).
Este domingo 17 de octubre se conmemora el Día Mundial del Dolor, impulsado por la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP), la Federación Europea del Dolor (EFIC) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Se celebra desde 2004 y tiene por objetivo reivindicar la importancia de encontrar alternativas que alivien el sufrimiento de todas aquellas personas que conviven con enfermedades y patologías que causan dolor, como puede ser la diabetes, mediante actividades informativas y de concienciación sobre esta realidad.
En relación con la diabetes, patología crónica que sufren 6 millones de personas en España, puede provocar un daño en los nervios que deriva en dolor neuropático, realidad que desconocen multitud de pacientes debido a la falta de información disponible sobre el tema.
En este sentido, el presidente de la Federación Española de Diabetes (FEDE), Juan Francisco Perán, señala que «hasta el 26 por ciento de los pacientes con diabetes sufren dolor crónico asociado a la neuropatía diabética».
«Además, en 4 de cada 10 casos, no está lo suficientemente tratada. Si el diagnóstico de la diabetes fuese acompañado de más información sobre sus posibles complicaciones, muchos casos de dolor neuropático podrían evitarse», ha apuntado.
Sin embardo, y a pesar de estas elevadas cifras, esta dolencia continúa siendo «invisible» y, en muchas ocasiones, infradiagnosticada, lo que dificulta el acceso a tratamientos eficaces por parte de los pacientes.
Precisamente, en este contexto, surge la campaña de sensibilización ‘Rompe con el dolor’, con la que la Federación Española de Diabetes (FEDE), con el apoyo de Brain, Mind and Pain ‘Patient-Centred Innovation Grant’ (BMP Grant) y a la colaboración de diversas sociedades científicas y asociaciones de pacientes, busca visibilizar, concienciar y reducir el estigma social existente en torno al dolor crónico.
Por otro lado, más allá del impacto sobre la salud física de los pacientes, el dolor crónico hace mella igualmente a nivel emocional y social. De acuerdo con la Sociedad Española del Dolor (SED), en España, 7 de cada 10 personas que lo sufren padecen ansiedad y depresión, además de tener dificultades para realizar actividades cotidianas.
En el plano laboral, la realidad de los pacientes también es complicada. Pese a resultar incapacitarte, en muchas ocasiones no se reconoce como tal por parte de las empresas, al no estar incluido en el baremo para otorgar la dependencia.