domingo, 24 noviembre 2024

Historias de traición: los escándalos sentimentales de la élite española

Muchos estudios siguen insistiendo en que España es uno de los países en los que hay más infidelidades. Esto, que en principio no tendría más consecuencias que las de la propia traición sentimental, cuando se da en el seno de algunas familias del mundo empresarial puede repercutir hasta en los Consejos de Administración. A continuación, te contamos los detalles de los mayores escándalos sentimentales de la élite española.

Marta Chávarri y Alberto Cortina

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En 1988 no existía twitter, pero el culebrón sentimental que destapó la revista Diez Minutos con unas fotos en las que Marta Chávarri y Alberto Cortina salían juntos de un hotel de Viena fue uno de los mayores escándalos sentimentales que se recuerdan a ese nivel empresarial. A la mañana siguiente de las fotos, Alicia Koplowitz, mujer de Alberto, le obligaba a dimitir de la empresa familiar. Meses más tarde, esta sustituía en el consejo de administración de FCC a su marido (o ex marido después de la traición) por el primo de éste, Alberto Alcocer, que además era su cuñado pues estaba casado con su hermana Esther.

Isabel Preysler y Miguel Boyer

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Otro de los escándalos sociales y empresariales mas sonados fue el que terminó con el matrimonio del recién fallecido Carlos Falcó, Marques de Cubas, e Isabel Preysler. El seguía muy enamorado de ella, y de hecho, ha confesado en más de una ocasión que ella fue el amor de su vida. Sin embargo, Isabel estaba en un momento distinto, de explosión mediática. La vida de la reina de las revistas del corazón no encajaba nada con la idea de vida casi monacal del Marqués, así que sus intereses comenzaron a ir en direcciones separadas. Isabel comenzó a ir a París con frecuencia, supuestamente de compras. Como más tarde destaparía la revista Interviú, sus visitas a la capital parisina tenían como objetivo verse con el ex Ministro Miguel Boyer, quien todavía estaba casado con Elena Arnedo.

Mar Flores y Fernando Fernández Tapias

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La revista Interviú también fue la responsable directa de otro de los mayores escándalos del papel couché español. Mar Flores y Alesandro Lecquio aparecían en la cama de un hotel evidenciando una relación entre ambos. La foto, había sido tomada hacía dos años, cuando ambos protagonistas tenían pareja. Ella, a la que se juzgó con mucha más fuerza que a él, con el empresario Fernández Tapias. En entrevistas posteriores, Alesandro confesó que fue una venganza personal. Dijo haber estado muy enamorado de ella, y le pedía constantemente que dejara a Tapias. Ella, siempre le pedía que esperase un poco más ya que el empresario iba a comprarle una casa. El asunto de las fotos dinamitó la relación sentimental que Mar Flores tenía en ese momento con Cayetano Martínez de Irujo, hijo de la duquesa de Alba.

Carmen Martínez Bordiú y Alfonso de Borbón

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Según Carmen Martínez Bordiú, ella nunca le puso los cuernos a ninguna de sus parejas. Sin embargo, ha confesado que se enamoró del anticuario francés Jean Marie Rossi cuando todavía estaba con su marido. De hecho, el propio Alfonso era consciente de lo que sucedía y cada vez que esta le decía que se iba a París, el le decía «Vete, pero vuelve«. La propia Carmen ha contado en alguna ocasión que Alfonso no asumía la ruptura de su matrimonio y que él seguía llevando la misma vida cuando las cosas iban mal, como si le fuese ajeno todo lo que sucedía. Otro de los escándalos sentimentales de la élite española y que no sería el último protagonizado por la nieta de Franco.

Agatha Ruiz de la Prada y Pedro J. Ramírez

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Resulta increíble que la relación entre la diseñadora Ágatha Ruiz de la Prada y Pedro J. Ramírez sobreviviese a otro de los mayores escándalos de la alta sociedad. El entonces director de El Mundo, era víctima de uno de los mayores delitos de intromisión a la intimidad. Su mujer, así como la cúpula de la Conferencia Episcopal y otras personas de su entorno recibían una grabación suya practicando sexo con una mujer de origen ecuatoriano. El vídeo había sido grabado con una cámara oculta con el fin de hundir no sólo a Ramírez sino también al periódico que dirigía en ese momento. Los responsables, entre ellos el conocidos abogado Emilio Rodríguez Menéndez fueron condenados a varios años de cárcel.