Madrid es la ciudad europea con mayor mortalidad por el contaminante dióxido de nitrógeno

Madrid es la ciudad europea con mayor mortalidad por el contaminante dióxido de nitrógeno (NO2), por delante de Amberes (Bélgica), Turín (Italia), París (Francia), Milán (Italia) y Barcelona, según un estudio del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación «la Caixa».

La investigación, que ha analizado más de 1.000 ciudades de 31 países europeos, ha concluido que entre todas ellas podrían evitar hasta casi 43.000 muertes prematuras cada año si cumpliesen con la recomendación de la OMS en cuanto a proximidad residencial a espacios verdes. Los datos se han dado a conocer a través de una publicación en ‘The Lancet Planetary Health’ y la lista elaborada se puede consultar a través de la web www.isglobalranking.org.

Según esta lista, en Madrid se podrían evitar hasta 206 muertes al año si los niveles de NO2 estuvieran dentro de los límites que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS), y hasta 2.380 si tuviera los niveles de NO2 de la ciudad con mejor contaminación de Europa. En Barcelona, unas 82 personas podrían salvar la vida al año si la ciudad condal cumpliera las indicaciones de la OMS, y hasta 1.883 si tuviera los niveles de NO2 de la ciudad con mejor contaminación de Europa.

Los espacios verdes se asocian con diversos efectos beneficiosos para la salud, entre los que destacan una menor mortalidad prematura, una mayor esperanza de vida, menos problemas de salud mental, menos enfermedad cardiovascular, mejor función cognitiva en niños, niñas y personas mayores y bebés más saludables. Asimismo, ayudan a mitigar la contaminación atmosférica, el calor y el ruido, contribuyen al secuestro de CO2 y proveen oportunidades para la práctica de ejercicio y la interacción social.

En base a la evidencia científica existente, la OMS recomienda el acceso universal a los espacios verdes y establece la meta de que haya un espacio verde de al menos media hectárea a una distancia de no más de 300 metros en línea recta desde cada domicilio. Partiendo de este objetivo y de los datos proporcionados por estudios anteriores, un equipo de la Iniciativa de Planificación Urbana, Medio Ambiente y Salud de ISGlobal ha estimado la mortalidad atribuible a la falta de espacios verdes en 978 ciudades y 49 áreas metropolitanas.

Para calcular el espacio verde existente en cada ciudad, el estudio ha utilizado el Índice de Vegetación de Diferencia Normalizada (NDVI) como indicador principal. El NDVI es un indicador que mide cómo de verde es un área determinada. Toma en consideración cualquier tipo de vegetación, desde el arbolado de las calles a los jardines en propiedades privadas, y se obtiene a partir de imágenes de satélite. Puesto que el tipo de vegetación es variable entre ciudades y regiones y no todas tienen el mismo tipo de verde, el equipo tradujo la recomendación de la OMS a un valor de NDVI específico para cada ciudad.

El equipo científico obtuvo datos de mortalidad por causas naturales y de niveles de espacio verde de cada una de las ciudades estudiadas relativos al año 2015. Posteriormente, usando una metodología de análisis cuantitativo del impacto en salud y en base a los datos sobre asociación entre espacios verdes y mortalidad proporcionados por grandes meta-análisis publicados con anterioridad, estimó el número de muertes por causas naturales que podría ser evitado en caso de que cada ciudad cumpliera con la recomendación de la OMS.

INSUFICIENTE ACCESO AL VERDE PARA MÁS DEL 60% DE LA POBLACIÓN

Los resultados generales para el indicador de vegetación (NDVI) muestran que el 62 por ciento de la población estudiada vive en áreas con menos espacios verdes de los recomendados. Esta carencia de espacio verde estaría asociada con 42.968 muertes, que se podrían evitar cumpliendo con las indicaciones de la OMS y que equivalen a un 2,3 por ciento del total de la mortalidad por causas naturales.

«Nuestros resultados muestran que la distribución de los espacios verdes es muy desigual entre las ciudades en Europa, ya que la mortalidad atribuible a la exposición insuficiente a espacios verdes oscila entre el 0 y el 5,5 por ciento del total de las muertes naturales según la ciudad.Sin embargo, el impacto desigual es no solo entre ciudades, sino también entre las diversas áreas de una misma ciudad, lo cual coloca a algunas personas en situación de desventaja en función de la ciudad o el barrio donde vivan. Muchas veces los espacios verdes no se encuentran cerca de donde vive la gente, de manera que no generan beneficios para la salud», comenta Evelise Pereira, investigadora de ISGlobal y primera autora del estudio.

La lista de ciudades con mayores índices de mortalidad atribuible a la falta de espacios verdes incluye ciudades de Grecia, Europa del Este, las repúblicas bálticas, Italia, así como la mayoría de capitales del continente. Entre estas últimas, las que muestran mayor mortalidad son Atenas, Bruselas, Budapest, Copenhague y Riga.

«Este estudio nos da una imagen de conjunto en la que vemos que hay mucho trabajo por hacer en cuanto al reverdecimiento de las ciudades y muestra que la reducción de la mortalidad podría ser todavía mayor si se estableciesen objetivos más ambiciosos que las recomendaciones de la OMS», advierte el director de la Iniciativa de Planificación Urbana, Medio Ambiente y Salud de ISGlobal, Mark Nieuwenhuijsen.

Así, considrea que las ciudades europeas deben apostar por «la recuperación de áreas urbanas para convertirlas en áreas verdes, por soluciones basadas en la naturaleza, como los tejados verdes o los jardines verticales, y otras medidas como reubicar el tráfico y reemplazar asfalto por espacios y corredores verdes, arbolado urbano o parques de bolsillo». Asimismo, su estudio muestra la importancia de que los espacios verdes «sean accesibles y estén próximos a los domicilios».