Un tribunal de jurado ha declarado al hombre identificado como K.K., de 32 años y nacionalidad mauritana, de haber acabado con la vida de su pareja en su vivienda de Roquetas de Mar (Almería) en septiembre de 2018 y haberse deshecho de su cuerpo, que apareció a los pocos días en una planta de gestión de residuos de Gádor.
El jurado ha declarado por unanimidad al acusado de un delito de homicidio tras la modificación del escrito de la Fiscalía, al que se han adherido el resto de las partes después de que el propio acusado reconociera los hechos en su declaración, por lo que se ha interesado que se le imponga una pena de 13 años de cárcel.
Así, los miembros del tribunal, que han negado la suspensión de condena y el indulto al procesado, han considerado probado conforme a la declaración del acusado, el testimonio de los investigadores y la prueba forense, que durante la madrugada del 25 de septiembre de 2018 el hombre se sirvió de un cable para causar la muerte a la mujer, quien falleció por asfixia.
El hombre reconoció que tras haber mantenido una «fuerte discusión» con su pareja A.B. en el domicilio familiar de Las 200 Viviendas, ella le anunció su intención de abandonar la relación, de modo que «como último acto de venganza y control sobre ella» y de forma «sorpresiva», la estranguló.
La madre de la víctima reconoció durante el primer día de juicio que su hija le había comentado que tenía intención de dejar la relación con el acusado, pero que este la tenía «controlada». Así, explicó que desde el momento de la desaparición de su hija tenía el «presentimiento» de que había ocurrido algo con su pareja, de modo que, según ha explicado, el hombre le «mintió» al decirle que se había ido a diferentes sitios de Almería o incluso a Francia.
La testigo detalló que el acusado le dijo que había localizado a la joven en Murcia y que iba a ir a por ella. Ese mismo día –nueve jornadas después del crimen– el sospechoso fue detenido cuando intentaba huir a su país de origen a través de un vuelo a Marruecos que pretendía tomar en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas. Fue en la propia T4, tras alcanzar la zona de embarque, donde fue detenido por la Guardia Civil.
Para entonces, el cadáver de la mujer ya había sido encontrado, aunque en muy malas condiciones, en la planta de basura de Gádor, a unos 70 kilómetros de donde había sido arrojado por el acusado según la versión policial, que sostuvo que la misma noche de crimen el hombre se deshizo del cuerpo en un contenedor de basura tras haberlo transportado en su coche hasta una zona diseminada del Poniente almeriense.
El sospechoso ofreció a los investigadores distintas versiones orientadas a hacer creer que la mujer «se había ido de casa» y sobre su posible presencia en Murcia. De forma paralela, ocultó el lugar de residencia donde se produjo el crimen y se deshizo también del vehículo que había empleado para transportar el cuerpo hasta un contenedor.
El detenido habría tratado de obtener un «salvoconducto» de la Embajada de Mauritania para permanecer en Marruecos, toda vez que se había hecho con un billete de avión como parte de su plan de huida. Por su parte, la víctima tenía cuatro hijos de 7, 8, 11 y 14 años de otra relación en la fecha de los hechos, actualmente a cargo de la abuela materna.
El teléfono 016 es el número de información y asesoramiento jurídico para las víctimas de violencia machista y su entorno. Funciona las 24 horas, es gratuito y no deja rastro en la factura telefónica aunque puede quedar registrado en ciertos terminales. El servicio 016 ha incorporado un servicio permanente de WhatsApp al número 600000016 y el correo electrónico 016-online@igualdad.gob.es.