En el límite entre Navarra y La Rioja por el extremo suroriental de la Comunidad Foral se erige sobre la margen izquierda del río Alhama el imponente complejo hotelero de los Baños Nuevos del Balneario de Fitero que reposa junto a un barranco rocoso que supura aguas cloruradas, sulfatadas, sódicas, cálcicas e hipertermales.
En este escenario Gustavo Adolfo Bécquer comenzó a redactar ‘El misere’, que arranca así: «Hace algunos meses que visitando la célebre abadía de Fitero y ocupándome en revolver algunos volúmenes en su abandonada biblioteca, descubrí en uno de sus rincones dos o tres cuadernos de música bastante antiguos, cubiertos de polvo y hasta comenzados a roer por los ratones. Era un Miserere».
Las aguas milagrosas además de ayudar al poeta habían contribuido a cicatrizar las heridas de las milicias nacionales de la Guerra de la Independencia (1808-1814). Y un siglo y pico después, en el mismo escenario, los altos y rubios soldados alemanes enviados a Hitler para reforzar a Franco se alojaron en el Balneario de Fitero a inicios de 1937.
Ha pasado mucho tiempo y el Balneario de Fitero, vacío tras llevarse a 185 trabajadores al ERTE a causa del coronavirus, se ha convertido en un hospital de campaña tras habilitar 48 habitaciones que serán ocupadas por personas que viven en residencias mayores que hayan dado positivo en COVID-19 y que no requieran hospitalización.
EL BALNEARIO DE FITERO DURANTE LA GUERRA
El escritor navarro Manuel García Sesma recordaba que «durante la Guerra Civil de 1936-1939, el Estado Mayor de la Legión Cóndor –tropas regulares alemanas, enviadas por Hitler a España, para luchar contra la República- se instaló en el Balneario Nuevo, a principios de 1937, ocupándolo, por de pronto, en el invierno y la primavera del mismo año. Lo evacuó, al comenzar la temporada oficial, trasladándose a Alfaro, donde se instaló en el Palacio Heredia, volviendo al Balneario hacia mediados de octubre, donde permaneció hasta la primavera de 1938».
García Sesma, que sufrió el exilio, explicaba que «componían dicho Estado Mayor alrededor de un centenar de jefes, oficiales, subalternos y simples soldados, y fueron atendidos, en sus dos estancias, por dos poceros y media docena de camareras de la temporada».
Y desvelaba que «al decir de uno de los poceros, los alemanes se portaron con la servidumbre correctamente. Pagaban los baños que tomaban y les daban buenas propinas. En la Nochebuena de 1937, les ofrecieron incluso un buen banquete, servido por los soldados; y en la Nochevieja, les hicieron sendos regalos».
TIEMPOS DIFÍCILES
Miembros de las brigadas del Ayuntamiento de Fitero y Cintruénigo, ayudados por voluntarios de ambas localidades, han convertido el Hotel Juan de Palafox del Balneario de Fitero en un improvisado hospital de campaña que aligerará unos pueblos en los que se han disparado los contagios (hecho que quizás esté relacionado con la masiva llegada de turistas a la comarca).
Mari Carmen Maeztu, consejera socialista de Derechos Sociales de Gobierno de Navarra, ha mostrado su agradecimiento hacia las personas que han contribuido a la apertura en tiempo récord de una instalación de emergencia que servirá a apoyo a las residencias de la zona.
ERTE
Comisiones Obreras ha explicado que Baños de Fitero se ha ido un ERTE pese a que la dirección «procedió el día 16 de marzo a dar de baja en la Seguridad Social a las trabajadoras fijas-discontinuas con el motivo de fin de actividad, lo que, además de no ser lo correcto, suponía que estas trabajadoras perdían derechos con respecto a la prestación de desempleo».
CCOO ha afirmado que sus gestiones «han supuesto que con la inclusión de toda la plantilla en el ERTE que se va a aplicar con carácter retroactivo desde el día 16 de marzo y, mientras dure el periodo de alarma por el coronavirus, se garantiza el cobro del desempleo para todas las trabajadoras sin perder ningún derecho».
HOSPITALES DE CAMPAÑA
IFEMA podría acoger hasta a 5.500 contagiados. Este improvisado macrohospital de campaña está contribuyendo a que la Sanidad madrileña no se desborde del todo. Más tranquilidad se respira en la Comunidad Valenciana, cuyo Ejecutivo ha impulsado tres instalaciones junto a tres grandes hospitales en Valencia, Alicante y Castellón.
Barcelona por su parte ha puesto en pie cuatro hospitales anexos a cuatro grandes complejos y uno extra en la Fira que podría albergar hasta 2.000 pacientes. Soria por su parte espera el suyo con la vista puesta en Segovia, que tuvo las instalaciones…. mucho antes de contar con el personal adecuado para ponerlo en marcha.
