miércoles, 30 abril 2025

La playa gallega donde la arena suena como si cantara cuando caminas

Galicia guarda secretos que van más allá de sus verdes paisajes y su abrupta costa bañada por el Atlántico y el Cantábrico. Hay rincones donde la naturaleza parece jugar a ser maga, creando espectáculos inesperados que sorprenden al viajero más experimentado, y la famosa playa de Las Catedrales esconde uno de los más curiosos. No solo deslumbra por sus imponentes arcos de roca esculpidos por el mar, sino que bajo nuestros pies, en la misma arena que pisamos, reside una melodía discreta, un fenómeno acústico que convierte un simple paseo por la orilla en una experiencia casi mística.

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Este singular paraje, conocido oficialmente como Praia de Augas Santas aunque universalmente aclamado como Las Catedrales, se encuentra en la Mariña Lucense, cerca de Ribadeo, y es un auténtico imán para visitantes de todo el mundo. Su fama se debe principalmente a las espectaculares formaciones rocosas que asemejan arbotantes y bóvedas góticas, visibles únicamente durante la bajamar. Sin embargo, pocos son conscientes del otro prodigio que alberga, ese susurro arenoso, que añade una capa más de singularidad a un lugar ya de por sí extraordinario y que merece ser contado con la calma y el detalle que merece.

EL SECRETO MEJOR GUARDADO BAJO TUS PIES EN GALICIA

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Caminar sobre la arena seca de Las Catedrales en un día propicio puede deparar una sorpresa auditiva de lo más singular. No es un estruendo, ni mucho menos un sonido constante, sino más bien un leve crujido, un chirrido agudo o incluso un tenue silbido que emana directamente de la arena al ser pisada, especialmente si se arrastran un poco los pies o se golpea con cierta firmeza. Este fenómeno, conocido como arena cantante o silbante, transforma un acto tan cotidiano como pasear por la orilla en algo insólito, un pequeño concierto privado ofrecido por los propios granos que componen el suelo de esta magnífica playa.

La percepción de este sonido requiere ciertas condiciones y, sobre todo, atención por parte del visitante. No siempre es evidente, ya que depende de factores como la humedad de la arena –debe estar bien seca–, la forma de caminar y hasta el silencio ambiental, algo a veces complicado en un lugar tan concurrido durante la temporada alta. Quienes tienen la suerte de experimentarlo en calma, quizás en un día menos frecuentado o en las zonas menos transitadas del arenal, describen una sensación casi mágica, como si la propia tierra estuviera comunicándose a través de esa sutil vibración sonora bajo sus pies.

CUANDO LA ARENA CANTA: DESVELANDO LA CIENCIA DEL SONIDO

Detrás de esta curiosa melodía no hay magia, sino ciencia pura y una composición geológica muy particular. El fenómeno de la arena cantante se produce debido a las características específicas de los granos de arena presentes en esta playa gallega, principalmente granos de cuarzo muy bien redondeados, de tamaño uniforme y libres de impurezas como limo o arcilla. Cuando estos granos esféricos y pulidos rozan entre sí al ser sometidos a presión, como la ejercida por nuestros pies al caminar, generan una fricción que produce vibraciones audibles.

La clave reside en la cohesión y la forma de los granos. Arena demasiado fina, angulosa o contaminada con otros materiales no produce este efecto porque las partículas no pueden vibrar libremente unas contra otras. La humedad también juega un papel crucial, ya que una fina capa de agua alrededor de los granos actúa como lubricante y amortiguador, impidiendo la fricción necesaria para generar el sonido característico. Por eso, el «canto» es más perceptible en las zonas altas de la playa, donde la arena permanece seca durante más tiempo tras la retirada de la marea.

LAS CATEDRALES: MÁS QUE ARCOS, UN MONUMENTO NATURAL VIVO

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Aunque el sonido de la arena añade un toque fascinante, la fama mundial de la Praia de Augas Santas se debe, indiscutiblemente, a sus monumentales formaciones rocosas. Los arcos y cuevas que salpican el arenal, algunos superando los treinta metros de altura, son el resultado de milenios de erosión marina y eólica sobre los acantilados de pizarra y esquisto. Contemplar estas estructuras durante la bajamar, paseando bajo sus bóvedas naturales, es una experiencia sobrecogedora que justifica plenamente la designación de Monumento Natural que ostenta esta playa.

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Es fundamental entender que este paisaje no es estático, sino un escenario en constante cambio modelado por la fuerza del Cantábrico. Las mareas diarias no solo dictan el acceso al corazón de la playa, sino que continúan su labor escultora, modificando lentamente la fisonomía de las rocas, creando nuevas oquedades y puliendo las ya existentes. Esta dinámica convierte cada visita en una oportunidad única para observar la interacción entre el mar y la tierra, un espectáculo natural que exige respeto y admiración por su poder y belleza inherentes.

PLANIFICANDO TU VISITA: MAREAS, PERMISOS Y EL BAILE DEL CANTÁBRICO

Visitar la Playa de Las Catedrales requiere una planificación mínima, pero esencial, para disfrutar plenamente de su esplendor. El factor más determinante es, sin duda, el horario de las mareas, ya que el acceso a la zona de los arcos y cuevas solo es posible y seguro durante la bajamar, idealmente comenzando el paseo un par de horas antes del punto más bajo y regresando antes de que el agua comience a subir de nuevo. Consultar una tabla de mareas fiable es el primer paso ineludible para cualquier visitante que quiera explorar esta maravilla natural.

Además del ciclo mareal, hay que tener en cuenta las regulaciones de acceso implementadas para preservar este frágil ecosistema. Durante periodos de alta afluencia, como Semana Santa y los meses de verano (generalmente de julio a septiembre), es obligatorio obtener una autorización gratuita a través de la web de la Xunta de Galicia, una medida necesaria para controlar el aforo y minimizar el impacto humano sobre el entorno. Reservar con antelación es crucial en estas fechas, ya que las plazas son limitadas y se agotan con rapidez, asegurando así una experiencia más sostenible y agradable en esta concurrida playa.

LA MARIÑA LUCENSE: UN TESORO COSTERO MÁS ALLÁ DE LA ARENA CANTARINA

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Si bien Las Catedrales es la joya indiscutible de la Mariña Lucense, la comarca ofrece muchos otros atractivos que bien merecen una exploración más pausada. Desde la propia villa de Ribadeo, con su encanto indiano y sus vistas sobre la ría del Eo, hasta otros arenales espectaculares menos conocidos como la playa de Esteiro o la de Os Castros, la costa lucense es un rosario de paisajes sorprendentes, acantilados vertiginosos y pueblos marineros con sabor auténtico. Dedicar tiempo a recorrer esta franja costera permite descubrir la verdadera esencia del Cantábrico gallego.

La visita a esta zona no estaría completa sin disfrutar de su reconocida gastronomía, basada en productos frescos del mar y de la tierra, regados con los vinos locales. Perderse por las carreteras secundarias, detenerse en miradores inesperados, charlar con los lugareños o simplemente sentarse a contemplar la bravura del mar en una playa solitaria son placeres que complementan a la perfección la visita al monumento natural. La Mariña Lucense, con Las Catedrales como estandarte, invita a disfrutar de una Galicia diferente, donde la naturaleza, la cultura y la buena mesa se dan la mano para ofrecer una experiencia viajera inolvidable.

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