La cesta de la compra se ha convertido en un auténtico campo de batalla para el bolsillo de los españoles, donde cada céntimo cuenta y cada elección parece tener un impacto directo en la economía familiar. En este escenario, la Organización de Consumidores y Usuarios, más conocida como OCU, lanza una advertencia que afecta a un gesto cotidiano y aparentemente inofensivo: la forma en que elegimos nuestra fruta en el supermercado. Esa comodidad de coger una bandeja ya preparada podría estar pasándonos una factura inesperada, y no precisamente pequeña.
Parece mentira que algo tan simple como optar por manzanas, peras o fresas ya envasadas, en lugar de seleccionarlas nosotros mismos pieza a pieza, pueda suponer una diferencia tan notable en el tique final. Sin embargo, los datos no engañan y apuntan a que esta práctica, impulsada por la prisa y una falsa sensación de higiene o conveniencia, nos puede llevar a pagar hasta un veinte por ciento más por el mismo producto. Un sobrecoste considerable que, compra tras compra, acaba mermando el presupuesto destinado a la alimentación, uno de los pilares fundamentales del gasto doméstico.
3FRUTA A GRANEL, EL ALIADO OLVIDADO DE TU BOLSILLO

Frente al avance imparable del envasado, la compra de fruta a granel emerge como una alternativa no solo más económica, sino también más consciente. Elegir las piezas una a una nos permite controlar exactamente la cantidad que necesitamos, adaptando la compra a nuestro consumo real y evitando el desperdicio alimentario en casa, un problema cada vez más acuciante. Esta modalidad de compra nos devuelve el poder de selección y nos conecta de una forma más directa con el producto que vamos a consumir.
Además del evidente ahorro que supone, como bien subraya la OCU, comprar a granel fomenta una relación diferente con la comida. Nos obliga a observar, a tocar (con las debidas precauciones higiénicas, por supuesto), a elegir según el punto de maduración deseado, convirtiendo la compra en una experiencia más activa y menos pasiva. Es recuperar una costumbre que, aunque pueda parecer más lenta, nos recompensa con un mejor precio y, a menudo, con una mayor satisfacción al seleccionar exactamente lo que buscamos. La OCU insiste en el valor de comparar y elegir activamente.