martes, 29 abril 2025

Lentejas con blindaje antigases, este es el invento secreto de las abuelas

Las Lentejas forman parte de la memoria gustativa y del recetario tradicional de cualquier hogar español que se precie. Son un pilar de nuestra gastronomía, un plato de cuchara que reconforta el alma y nutre el cuerpo, evocando domingos familiares y cocinas llenas del vapor de un guiso hecho a fuego lento. Sin embargo, este humilde, pero poderoso manjar arrastra una fama paralela, una sombra digestiva que a menudo provoca recelo y comentarios jocosos en la sobremesa; sí, hablamos de esa incómoda hinchazón y las consecuentes flatulencias que pueden convertir un festín nutritivo en una tarde de disimulo y contención. Pero, ¿y si existiera una forma de disfrutar de este plato sin pagar ese peaje aéreo?

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Pues bien, parece que el saber popular, transmitido de generación en generación en voz baja, como un secreto culinario bien guardado, tiene la respuesta. No se trata de renunciar a ellas ni de recurrir a complejos procesos industriales, sino de aplicar un truco sencillo, casi mágico, que nuestras abuelas ya practicaban con maestría intuitiva. Añadir ciertas especias durante la cocción, concretamente comino o hinojo, parece ser la clave para desactivar ese «efecto secundario» tan indeseado, permitiendo que nos entreguemos al placer de unas buenas Lentejas estofadas sin temor a las represalias posteriores. Un blindaje natural y aromático que reconcilia sabor, nutrición y bienestar digestivo.

EL MISTERIO GASEOSO DE LAS LEGUMBRES: ¿POR QUÉ LAS LENTEJAS NOS PONEN A PRUEBA?

EL MISTERIO GASEOSO DE LAS LEGUMBRES: ¿POR QUÉ LAS LENTEJAS NOS PONEN A PRUEBA?
Fuente: Freepik

La razón detrás de la mala prensa digestiva de las legumbres, y en particular de las Lentejas, reside en su composición bioquímica, específicamente en unos hidratos de carbono complejos llamados oligosacáridos, como la rafinosa y la estaquiosa. Nuestro sistema digestivo carece de las enzimas necesarias, concretamente la alfa-galactosidasa, para descomponer adecuadamente estas moléculas en el intestino delgado. Como resultado, estos azúcares viajan intactos hasta el intestino grueso, donde se convierten en el festín de las bacterias que allí residen.

Este proceso de fermentación bacteriana en el colon es el origen del problema, ya que libera gases como hidrógeno, dióxido de carbono y, en algunos casos, metano. Es esta acumulación de gases la que provoca la sensación de hinchazón, pesadez y, finalmente, la temida flatulencia que asociamos con el consumo de Lentejas. Aunque el remojo previo ayuda a eliminar parte de estos oligosacáridos solubles en agua, no siempre es suficiente para evitar por completo las molestias en personas sensibles.

EL ARSENAL DE LA ABUELA: COMINO E HINOJO AL RESCATE DE LAS LENTEJAS

EL ARSENAL DE LA ABUELA: COMINO E HINOJO AL RESCATE DE LAS LENTEJAS
Fuente: Freepik

Aquí es donde entra en juego la sabiduría ancestral de nuestras cocineras más veteranas, esas abuelas que parecían tener soluciones para todo con ingredientes de su propia despensa. El comino y el hinojo, dos especias con una larga tradición de uso tanto culinario como medicinal en la cuenca mediterránea, son los héroes inesperados en esta batalla digestiva. Ambos son conocidos por sus propiedades carminativas, un término que describe la capacidad de ciertas sustancias para prevenir la formación de gases en el tracto gastrointestinal o facilitar su expulsión, aliviando así la hinchazón y el malestar.

Añadir una cucharadita de comino molido o en grano, o unas semillas de hinojo, durante la cocción de las Lentejas no solo aporta un matiz aromático delicioso y característico a muchos guisos tradicionales, sino que actúa como un agente «pacificador» en nuestro intestino. Estas especias parecen interactuar con los compuestos problemáticos de las legumbres o bien estimular nuestros propios procesos digestivos, neutralizando de forma natural esa tendencia a generar gas y permitiendo una digestión mucho más amable y llevadera del plato.

LA CIENCIA DETRÁS DEL TRUCO: ¿MAGIA CULINARIA O QUÍMICA PURA EN TUS LENTEJAS?

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Fuente: Freepik

Aunque pueda parecer un remedio casero sin más fundamento, la ciencia moderna empieza a respaldar lo que la tradición ya sabía sobre las propiedades digestivas del comino y el hinojo. El comino contiene compuestos como el cuminaldehído, que ha demostrado estimular la secreción de enzimas pancreáticas, claves para una mejor descomposición de los alimentos en el intestino delgado, evitando que lleguen sin digerir al colon. Además, posee propiedades antiespasmódicas que pueden relajar la musculatura intestinal, facilitando el tránsito y reduciendo la formación de bolsas de gas.

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Por su parte, el hinojo es rico en anetol, un compuesto volátil responsable de su característico aroma anisado y al que se le atribuyen efectos carminativos y también antiespasmódicos. Se cree que el anetol relaja el músculo liso del tracto digestivo, lo que ayuda a aliviar los cólicos y a expulsar los gases acumulados. Por lo tanto, la incorporación de estas especias al guiso de Lentejas no es magia, sino una aplicación práctica de la fitoquímica, aprovechando las propiedades beneficiosas de estos ingredientes naturales para contrarrestar los efectos indeseados de los oligosacáridos.

MÁS ALLÁ DEL COMINO: OTROS ALIADOS PARA UNAS LENTEJAS AMIGABLES

MÁS ALLÁ DEL COMINO: OTROS ALIADOS PARA UNAS LENTEJAS AMIGABLES
Fuente: Freepik

Si bien el comino y el hinojo son los ases bajo la manga más populares y efectivos según la tradición española, no son los únicos aliados posibles para lograr unas Lentejas más digestivas. Otras especias y hierbas con reconocidas propiedades carminativas pueden ofrecer beneficios similares o complementarios. El jengibre fresco rallado, añadido durante la cocción, no solo aporta un toque picante y exótico, sino que también es un potente digestivo que ayuda a reducir la inflamación y los gases, siendo un recurso habitual en muchas cocinas asiáticas para acompañar legumbres.

Otra opción interesante, aunque menos habitual en nuestra cocina pero muy utilizada en otras culturas como la mexicana con los frijoles, es el epazote, una hierba con un sabor peculiar que tradicionalmente se añade a los guisos de legumbres precisamente por su capacidad para reducir la flatulencia. Además, no hay que olvidar la importancia de una cocción adecuada y prolongada de las Lentejas, así como la práctica de retirar la espuma que se forma al inicio, ya que se cree que contiene parte de las sustancias que pueden generar más gas. Combinar estos métodos puede potenciar el efecto deseado.

LENTEJAS REINVENTADAS: DISFRUTA SIN REMORDIMIENTOS NI ESTRAGOS

LENTEJAS REINVENTADAS: DISFRUTA SIN REMORDIMIENTOS NI ESTRAGOS
Fuente: Freepik

Incorporar este sencillo truco del comino o el hinojo transforma radicalmente la experiencia de comer Lentejas. Ya no hay necesidad de mirar el plato con recelo o de planificar su consumo estratégicamente para evitar compromisos sociales posteriores. Se trata de redescubrir el placer de uno de los pilares de nuestra dieta mediterránea, un alimento increíblemente nutritivo, versátil y económico, liberado de su única gran pega gracias a un gesto tan simple como añadir una especia. Es la confirmación de que, a menudo, las soluciones más eficaces son las más sencillas y las que han estado siempre ahí, esperando ser recordadas.

Así que la próxima vez que te apetezca un buen plato de Lentejas, ya sean viudas, con chorizo, con verduras o en cualquier otra de sus deliciosas variantes, no dudes en recurrir al arsenal secreto de las abuelas. Añade sin miedo esa cucharadita de comino o de hinojo durante la cocción y prepárate para disfrutar de todo su sabor y beneficios sin ninguna preocupación añadida. Es hora de reconciliarse definitivamente con este tesoro gastronómico, haciendo de cada cucharada un motivo de disfrute y bienestar, y compartiendo este conocimiento para que nadie más tenga que renunciar a ellas por temor a las consecuencias.

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