Despertar con la cabeza embotada, como si hubieras corrido una maratón nocturna en lugar de descansar, es una sensación demasiado familiar para muchos españoles. Muchos achacan esta molestia a una mala postura o a un colchón inadecuado, pero a menudo la causa de esos dolores de cabeza matutinos se esconde en un gesto inconsciente que realizamos mientras dormimos, una acción sigilosa que nos pasa factura al amanecer sin que nos demos cuenta de su origen real hasta que el malestar se vuelve crónico o especialmente intenso. Es un problema más común de lo que se piensa y que afecta significativamente a la calidad de vida de quienes lo padecen.
La frustración de irse a la cama esperando recuperar energías y levantarse sintiéndose peor es considerable, generando un ciclo de cansancio y mal humor que puede prolongarse durante todo el día. Identificar la raíz de estos dolores de cabeza es el primer paso para encontrar alivio, y sorprende descubrir que la respuesta puede estar literalmente en nuestra boca, en la tensión acumulada en la mandíbula durante las horas de sueño. Este fenómeno, conocido técnicamente como bruxismo, es el gran culpable detrás de muchas de esas mañanas difíciles y merece una atención detallada para comprender su alcance y cómo mitigarlo.
2CUANDO EL ESTRÉS APRIETA… LITERALMENTE: LAS CAUSAS OCULTAS DEL BRUXISMO NOCTURNO

Aunque las causas exactas del bruxismo pueden ser multifactoriales y variar entre individuos, el estrés y la ansiedad se sitúan como los principales desencadenantes en la mayoría de los casos diagnosticados en la actualidad. Las preocupaciones diarias, la presión laboral, los problemas personales o simplemente un ritmo de vida acelerado se traducen a menudo en una tensión muscular generalizada que, durante el sueño, se focaliza inconscientemente en la mandíbula, convirtiéndose en el caldo de cultivo perfecto para apretar o rechinar los dientes sin descanso. Es una manifestación física de una sobrecarga emocional o mental no resuelta.
Otros factores también pueden contribuir a la aparición o empeoramiento del bruxismo y, consecuentemente, de los dolores de cabeza asociados; problemas de oclusión dental, es decir, una mala alineación de los dientes al cerrar la boca, pueden influir considerablemente. Asimismo, ciertos trastornos del sueño como la apnea obstructiva, el consumo de sustancias estimulantes como la cafeína o el tabaco antes de dormir, e incluso algunos medicamentos, pueden estar detrás de este hábito involuntario que tanto malestar genera, haciendo crucial una evaluación completa para identificar todos los posibles factores contribuyentes.