martes, 29 abril 2025

Este gesto al dormir es el que está provocando tus dolores de cabeza matutinos

Despertar con la cabeza embotada, como si hubieras corrido una maratón nocturna en lugar de descansar, es una sensación demasiado familiar para muchos españoles. Muchos achacan esta molestia a una mala postura o a un colchón inadecuado, pero a menudo la causa de esos dolores de cabeza matutinos se esconde en un gesto inconsciente que realizamos mientras dormimos, una acción sigilosa que nos pasa factura al amanecer sin que nos demos cuenta de su origen real hasta que el malestar se vuelve crónico o especialmente intenso. Es un problema más común de lo que se piensa y que afecta significativamente a la calidad de vida de quienes lo padecen.

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La frustración de irse a la cama esperando recuperar energías y levantarse sintiéndose peor es considerable, generando un ciclo de cansancio y mal humor que puede prolongarse durante todo el día. Identificar la raíz de estos dolores de cabeza es el primer paso para encontrar alivio, y sorprende descubrir que la respuesta puede estar literalmente en nuestra boca, en la tensión acumulada en la mandíbula durante las horas de sueño. Este fenómeno, conocido técnicamente como bruxismo, es el gran culpable detrás de muchas de esas mañanas difíciles y merece una atención detallada para comprender su alcance y cómo mitigarlo.

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EL ENEMIGO SILENCIOSO QUE TE ROBA EL DESCANSO Y TE REGALA CEFALEAS

Fuente Pexels

El bruxismo nocturno consiste en apretar fuertemente la mandíbula o rechinar los dientes de forma involuntaria mientras se duerme, un hábito parafuncional que ejerce una presión descomunal sobre los músculos masticatorios y la articulación temporomandibular (ATM). Esta tensión constante, mantenida durante largos periodos de sueño, no solo desgasta las piezas dentales de forma prematura, sino que también irradia hacia otras zonas de la cabeza y el cuello, manifestándose frecuentemente como intensos dolores de cabeza al despertar, especialmente localizados en las sienes y la frente. La fuerza ejercida puede ser sorprendentemente alta, superando con creces la necesaria para masticar alimentos.

Muchas personas no son conscientes de que rechinan los dientes hasta que su pareja se lo comenta o un dentista detecta el desgaste característico en una revisión rutinaria, ya que ocurre durante fases del sueño en las que no tenemos control voluntario. La tensión acumulada durante horas en los músculos masticatorios y la articulación temporomandibular (ATM) es la responsable directa de esa sensación de pesadez y dolor al despertar, extendiéndose a menudo a las sienes, la frente e incluso el cuello, convirtiendo las primeras horas del día en una auténtica tortura. Estos dolores de cabeza tensionales son una consecuencia directa y muy habitual de este gesto nocturno.

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