Durante años hemos escuchado que dormir ocho horas diarias es la clave para una buena salud, pero investigaciones recientes empiezan a cuestionar esta creencia. Aunque el sueño es fundamental para el bienestar físico y mental, no siempre la cantidad es sinónimo de calidad. Como profesional de la salud, es importante recalcar que forzar al cuerpo a dormir un número fijo de horas puede alterar sus ritmos naturales, afectar la recuperación celular y, en algunos casos, provocar más cansancio o trastornos del sueño.
El verdadero secreto de un descanso reparador no está únicamente en el tiempo que pasamos en la cama, sino en la calidad del sueño y en respetar las necesidades individuales de cada organismo. Dormir más de lo que el cuerpo necesita puede ser tan perjudicial como dormir poco, y adaptarse a un ritmo propio, basado en las señales que da nuestro cuerpo, es la clave para mantener un equilibrio saludable. Entender esto puede transformar no solo nuestras noches, sino también nuestra salud general.
1Lo que los médicos NO recomiendan a la hora de dormir
En el programa de radio «Las Mañanas Kiss», la especialista María Lama sorprendió a los oyentes al revelar que dormir ocho horas diarias podría no ser tan beneficioso como siempre hemos creído. Basándose en un estudio publicado en la prestigiosa revista Nature Aging, la periodista explicó que un descanso prolongado puede alterar el funcionamiento óptimo del cerebro y del metabolismo. Según esta investigación, la clave está en no forzar al cuerpo a permanecer en la cama más tiempo del necesario, ya que hacerlo podría afectar procesos vitales como la memoria, el estado de ánimo e incluso aumentar el riesgo de enfermedades.
Los médicos, apoyados en estos nuevos datos científicos, recomiendan ahora ajustar las horas de sueño a aproximadamente 7 horas diarias, encontrando un equilibrio que no baje de 6 horas, pero que tampoco supere las 8. Esta nueva perspectiva sugiere que tanto el déficit como el exceso de sueño pueden tener efectos negativos en la salud a largo plazo. Dormir justo lo necesario ayuda a que el cuerpo se regenere de manera adecuada y a mantener funciones cognitivas y emocionales en perfecto estado.