Pedro Sánchez, presidente del Gobierno de España, ha presentado esta semana el que posiblemente sea el plan de gobierno más difícil y controvertido de esta ya de por si complicada legislatura. Este plan es conocido como: Plan Industrial y Tecnológico para la Seguridad y la Defensa (2025).
Las líneas a seguir incluyen principalmente elementos que combinan defensa y disuasión como parte esencial del Plan, con una asignación presupuestaria de 1.962,98 millones de euros, equivalente al 18,75% del total. Cabe destacar que los citados elementos no buscan ampliar capacidades ofensivas, sino modernizar los recursos existentes para poder hacer frente a los nuevos desafíos geopolíticos y exigencias de la OTAN y la UE. Desafíos marcados por buscar una disuasión defensiva de 360º, buscando una autonomía en los miembros de la eurozona.
LOS QUE MENOS INVERTIMOS DE LA OTAN
Por otro lado, la OTAN publicó a esta semana su Informe Anual sobre las acciones de la organización y la inversión de los miembros en materia de Defensa. Y como ya todos sabían nuestro país no sale muy bien parado. España, según este informe, gasto el 1,24% de su PIB temas militares durante el 2024.
Una cifra bastante pobre que sitúa España como el que menos proporción invirtió en gasto militar. Un hecho que nos señala y nos prepara para problemas con la UE y Estados Unidos, en una lista en la que destaca Polonia en primer lugar con un 4,07% de su PIB, Estonia con un 3,41% y Letonia 3,39%. Algo esperable al ser todos fronterizo con Rusia, Estados Unidos aparece en cuarto lugar con 3,19%. Por comparar el gasto de otro miembro con el español, podemos utilizar el realizado por Italia con 1,5% de su PIB destinado para esta materia.
En todos estos números hay que señalar que no se incluyen las nuevas medidas tomadas por Pedro Sánchez para contentar a sus socios y compromisos durante esta semana. Unas nuevas políticas económicas que incluyeron el bombazo de una inyección a nivel económico potente con la idea de llegar al tan manido 2% del PIB para gasto militar. Para cumplir ese objetivo, el presidente del Gobierno proclamó a los cuatro vientos una inyección de 10.471 destinados para seguridad y defensa de España, adelantando cuatro años lo que se prometió a principios de año.

Todo esto, ha supuesto un conflicto dentro del Gobierno progresista español con un enfrentamiento entre las distintas fuerza de izquierdas que apoyan al PSOE y que son contrarios al aumento del gasto militar. Semana tensa para Sánchez que sigue esquivando balas, nunca mejor dicho, para evitar una ruptura en su ejecutivo y la perdida de apoyos parlamentarios. Veremos la postura final de Podemos con este asunto.
Por su parte, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, explicó que su «prioridad es impulsar esta adaptación para que la OTAN pueda ser aún más fuerte, más ágil y esté preparada para disuadir y defenderse con credibilidad de todas las amenazas a nuestra seguridad».
En este sentido, Rutte asegura que el mundo vive el momento más peligroso en generaciones desde el punto de vista de la seguridad internacional y subraya que «en 2024, la OTAN continuó reforzando su postura colectiva de disuasión y defensa», que incrementó sus fuerzas de alta disponibilidad y que «los Aliados continuaron desplegando fuerzas robustas y con capacidad de combate en el flanco oriental de la OTAN».
Algo que la izquierda del PSOE no entiende así señalando está semana desde Sumar que el gasto militar de la UE es tres veces más que el de Rusia y que «tal vez lo que sería necesario es optimizar más esos recursos y ser de esta forma más autosuficientes». Además, desde estos sectores se pide que se promulgue más una cultura relacionada con la paz, que con la defensa y el entorno militar.

EL MINISTERIO DE INDUSTRIA DE JORDI HEREU GANA PESO EN EL REARME
Con estas nuevas circunstancias geopolíticas estaba claro que el Ministerio de Industria y Turismo comienza a ganar peso en esta nueva política de Sánchez de cara a sus socios de la UE y de la OTAN.
Y es que el la cartera dirigida por el catalán Jordi Hereu será vital para administrar la inversión de esos 10.471 millones de euros anunciados para el nuevo Plan de Defensa. De hecho, ese Plan incluye una trasferencia de 2.819 millones para el Ministerio de Hereu con el fin de financiar programas tecnológicos para defensa, con el fin de apoyar una base industrial de defensa transatlántica más sólida, resiliente e innovadora.
En referencia a esto, desde Moncloa indican que este dinero «irá a financiar aportaciones reembolsables a empresas para el desarrollo de proyectos tecnológicos industriales cualificados relacionados con programas de defensa». Algo que confirma a Jordi Hereu como nuevo actor clave en el reame español, aunque en honor a la verdad en los anteriores presupuestos ya daban importancia a su cartera con una contrapartida de 1.600 millones para los conocidos como Programas Especiales de Modernización (PEM).

«En concreto, se pretenden apoyar grandes proyectos tecnológicos, considerados de alto valor estratégico en áreas y tecnologías de gran eficiencia científico-técnica, cuya dimensión industrial obliga a movilizar una gran cantidad de recursos materiales y humanos altamente cualificados», según informa el Gobierno en relación a este tema.
Con estas circunstancias, firmas como Navantia, Indra, Airbus e Hisdesat están siendo grandes beneficiadas de la nueva realidad geopolítica mundial en la que está inmersa nuestro país. Programas como la fragata F-110, el submarino S-80, el VCR 8×8, el helicóptero Tigre, el dron Euromale, el avión de transporte A400M, el avión de combate Eurofighter y los nuevos satélites Spainsat están haciendo posible ese nuevo gasto. Veremos si es suficiente a nivel disuasorio y defensivo, pero sobre todo habrá que ver como evoluciona la relación de Sánchez con sus aliados a su izquierda.