El consumo de café se ha convertido en un ritual mañanero para millones de españoles que buscan ese impulso energético para afrontar el día. La cafeína, ese estimulante que nos despierta y nos mantiene alerta, esconde secretos que la ciencia ha ido desvelando paulatinamente. Muchos experimentamos ese molesto bajón después de unas horas, esa sensación de cansancio repentino que nos hace pensar en una segunda o tercera taza.
Diversos estudios científicos revelan que existe una explicación bioquímica para este fenómeno tan común entre los consumidores habituales. Lo que pocos saben es que una simple modificación en nuestros hábitos matutinos podría cambiar por completo nuestra relación con esta sustancia. Esperar aproximadamente 90 minutos desde que nos levantamos hasta tomar el primer café podría ser la clave para evitar ese temido bajón de cafeína que tantos quebraderos de cabeza nos genera.
4ESTRATEGIAS COMPLEMENTARIAS PARA MAXIMIZAR LOS BENEFICIOS DE LA CAFEÍNA

Además de respetar ese tiempo de espera matutino, existen otras estrategias que pueden ayudarnos a optimizar los efectos positivos de la cafeína. Hidratarse adecuadamente antes de consumir café es fundamental, ya que la cafeína tiene un ligero efecto diurético. Un vaso de agua nada más levantarnos, seguido de una exposición a luz natural para regular nuestro reloj biológico, prepara el terreno para un consumo más efectivo.
La distribución estratégica de nuestras dosis de cafeína a lo largo del día también puede marcar una gran diferencia. En lugar de tomar varias tazas grandes, optar por dosis más pequeñas y espaciadas puede mantener niveles más estables de cafeína en sangre sin provocar picos excesivos que después deriven en bajones pronunciados. Expertos recomiendan no consumir cafeína después de las 14:00 horas para evitar interferencias con el ciclo del sueño, otro factor determinante en nuestra respuesta energética al día siguiente.