El consumo de café se ha convertido en un ritual mañanero para millones de españoles que buscan ese impulso energético para afrontar el día. La cafeína, ese estimulante que nos despierta y nos mantiene alerta, esconde secretos que la ciencia ha ido desvelando paulatinamente. Muchos experimentamos ese molesto bajón después de unas horas, esa sensación de cansancio repentino que nos hace pensar en una segunda o tercera taza.
Diversos estudios científicos revelan que existe una explicación bioquímica para este fenómeno tan común entre los consumidores habituales. Lo que pocos saben es que una simple modificación en nuestros hábitos matutinos podría cambiar por completo nuestra relación con esta sustancia. Esperar aproximadamente 90 minutos desde que nos levantamos hasta tomar el primer café podría ser la clave para evitar ese temido bajón de cafeína que tantos quebraderos de cabeza nos genera.
3POR QUÉ ESOS 90 MINUTOS DE ESPERA MARCAN LA DIFERENCIA

La clave para evitar el bajón de cafeína radica en entender los ritmos circadianos y los procesos bioquímicos matutinos. Al despertar, nuestro cuerpo experimenta el denominado «pico de cortisol», una hormona que nos activa naturalmente. Esta hormona, junto con otros mecanismos biológicos como la eliminación natural de la adenosina acumulada durante la noche, nos proporciona energía sin necesidad de estímulos externos.
Esperar aproximadamente 90 minutos desde que nos levantamos permite que nuestro organismo procese naturalmente la adenosina nocturna. De esta forma, cuando finalmente consumimos cafeína lo hacemos en un momento en que hay menos adenosina para bloquear y posterior acumulación, reduciendo significativamente la intensidad del bajón posterior. Esta simple modificación en nuestros hábitos puede transformar nuestra relación con el café y mejorar nuestros niveles energéticos durante todo el día.