La escalada en los precios de la electricidad ha convertido la gestión del consumo energético en una prioridad para los hogares españoles. Este aparato, presente en prácticamente todas las viviendas modernas, puede estar devorando silenciosamente tu presupuesto familiar sin que seas consciente de ello. La cocina eléctrica, con sus placas vitrocerámicas o de inducción, representa uno de los mayores sumideros energéticos domésticos, especialmente cuando su uso no se optimiza adecuadamente.
El consumo descontrolado de electricidad no solo afecta al bolsillo, sino que también tiene implicaciones medioambientales significativas en un contexto de crisis climática. Los expertos en eficiencia energética llevan años advirtiendo sobre la necesidad de revisar nuestros hábitos de consumo, empezando por aquellos electrodomésticos que requieren mayor potencia para su funcionamiento. Entre estos dispositivos, la cocina eléctrica destaca como uno de los principales responsables del incremento en las facturas mensuales, especialmente en hogares donde se cocina con frecuencia.
2LA TECNOLOGÍA DETRÁS DEL DERROCHE ENERGÉTICO

Las cocinas eléctricas funcionan mediante resistencias que transforman la energía eléctrica en calor, un proceso que inherentemente conlleva pérdidas de eficiencia. En el caso de las vitrocerámicas tradicionales, estas pérdidas pueden alcanzar hasta un 50% de la energía consumida, cifra que resulta escandalosa en tiempos de crisis energética. Este aparato opera bajo el principio del efecto Joule, generando calor que se transmite por conducción a los recipientes colocados sobre sus fogones.
Los modelos de inducción, por su parte, representan un avance significativo en términos de eficiencia. Estos utilizan campos electromagnéticos para calentar directamente el recipiente, evitando pérdidas de calor al ambiente. La tecnología de inducción puede reducir el consumo energético hasta en un 25% respecto a las vitrocerámicas tradicionales, ofreciendo además mayor precisión y rapidez en la cocción. Sin embargo, incluso estos modelos más eficientes siguen representando una parte importante del consumo eléctrico doméstico si no se utilizan adecuadamente.