lunes, 28 abril 2025

El alimento ‘zombie’ que compras como ‘fresco’ pero lleva meses muerto, esta es la señal para detectarlo

El mostrador de la pescadería puede ser un campo de minas para el consumidor incauto. La promesa de un alimento fresco y saludable, tan arraigada en nuestra dieta mediterránea, no siempre se corresponde con la realidad que llega a nuestro plato, escondiendo secretos que pocos conocen pero que afectan directamente a la calidad de lo que comemos. A veces, lo que se presenta como recién sacado del mar lleva más tiempo viajando, y en condiciones muy distintas, de lo que podríamos imaginar, una especie de impostor silencioso en nuestra cesta de la compra.

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Esta situación, más común de lo que pensamos, nos enfrenta a una realidad incómoda sobre la cadena de suministro alimentaria actual. La globalización y la demanda constante de ciertos productos fuera de temporada han normalizado prácticas que, aunque legales si se declaran correctamente, pueden inducir a error si la información no es transparente o se presenta de forma ambigua, transformando un producto que fue congelado hace semanas o meses en un supuesto manjar «fresco». Comprender las señales para distinguir la verdad tras el mostrador se convierte, por tanto, en una herramienta esencial para el consumidor informado y exigente que busca autenticidad y calidad real.

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DEFENDIENDO TU CESTA DE LA COMPRA: CONSEJOS PRÁCTICOS

Fuente: Freepik

La textura de la carne es otro factor determinante. Un pescado fresco debe tener una carne firme y elástica al tacto; si presionamos suavemente con el dedo, la marca debería desaparecer rápidamente, recuperando su forma original casi al instante. Esta firmeza es sinónimo de integridad celular y frescura. Asimismo, las escamas deben estar bien adheridas a la piel y ser brillantes, no desprenderse con facilidad ni presentar un aspecto apagado.

En cambio, un pescado descongelado a menudo muestra una carne más blanda, fofa, que puede ceder fácilmente a la presión del dedo y dejar una hendidura que tarda en desaparecer o no desaparece. Esta falta de firmeza se debe a la rotura de las fibras musculares por los cristales de hielo formados durante la congelación. Además, la piel puede parecer más laxa y las escamas desprenderse con mayor facilidad, signos que alertan sobre la verdadera naturaleza de este alimento. Confía en tus sentidos y no dudes en preguntar al pescadero sobre el origen y la fecha de captura; un consumidor informado es siempre un consumidor más protegido a la hora de seleccionar cualquier alimento, especialmente uno tan delicado como el pescado.

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