El mercado de vehículos de ocasión en España crece imparable cada año, convirtiéndose en una alternativa cada vez más atractiva para quienes buscan renovar su automóvil sin afrontar el desembolso que supone uno nuevo. La OCU viene advirtiendo sistemáticamente sobre los riesgos que esta opción conlleva cuando se realiza sin las debidas precauciones, especialmente en un sector donde determinadas prácticas fraudulentas parecen haberse normalizado.
Las denuncias recibidas por la Organización de Consumidores y Usuarios revelan un panorama preocupante para los compradores desprevenidos. Los datos recopilados por la OCU muestran que miles de españoles caen cada año en trampas perfectamente orquestadas por vendedores sin escrúpulos, quienes han desarrollado técnicas sofisticadas para ocultar defectos graves en los vehículos que ponen a la venta. Este problema adquiere dimensiones considerables cuando analizamos que aproximadamente uno de cada cinco coches usados comercializados presenta algún tipo de irregularidad significativa en su historial que podría comprometer seriamente su seguridad o valor real.
La falsificación del historial de mantenimiento constituye otra artimaña habitual denunciada por la OCU. Manipular sellos, falsificar facturas o inventar revisiones nunca realizadas se ha convertido en una práctica tan habitual como peligrosa. Los análisis realizados por técnicos de la organización han detectado que aproximadamente un 30% de los vehículos examinados presentaban algún tipo de irregularidad en su historial de mantenimiento, desde intervenciones inventadas hasta la ocultación deliberada de reparaciones importantes. Las consecuencias de esta práctica, aunque menos visibles inicialmente que un fraude en el kilometraje, pueden resultar igualmente costosas para el comprador desprevenido.
Un coche que no ha recibido el mantenimiento adecuado desarrollará problemas prematuros en sistemas críticos como la distribución, inyección o transmisión. La OCU ha documentado numerosos casos donde compradores han tenido que afrontar reparaciones por valor de varios miles de euros apenas meses después de adquirir vehículos supuestamente con todas las revisiones al día. El problema se agrava cuando consideramos que muchos de estos mantenimientos omitidos incluyen elementos de seguridad como frenos, dirección o suspensión. Según los datos recopilados por la OCU, un vehículo con mantenimiento falsificado tiene tres veces más probabilidades de sufrir una avería en carretera durante el primer año tras su compra en comparación con uno correctamente mantenido, con el consiguiente riesgo para sus ocupantes.