Uno de los principales problemas para la seguridad y defensa de un país son los ciberataques. España dentro de su contexto geopolítico y los nuevos desafíos que tiene no esta a salvo de ellos. Siendo los principales enemigos dentro de esta ciberguerra Rusia, Corea del Norte y los grupos yihadistas ubicados en el Sahel e incluso con cierta relación con Irán.
Una afirmación realizada por Carlos Lillo, director de Ciberseguridad de Nettaro, en una entrevista concedida a MONCLOA.COM. La corporación es una empresa española de tecnología, especializada principalmente en ciberseguridad y todo lo que lo rodea, como es la ciber inteligencia, la seguridad perimetral o la propia seguridad cloud, entre otras.
Y es que para Lillo, como para el resto de expertos del sector, estamos en un entorno geopolítico muy complicado. Al que se unen los actores económicos con los actores de Estado, que son los que verdaderamente están atacando sobre todas las potencias occidentales. Y claro está, España está inmersa dentro de este conglomerado occidental y dentro de la OTAN, y por ello, está siendo un objetivo claramente de los ciberdelincuentes, muchos de ellos con origen estatal.
Un contexto en el que los agentes económico siempre han existido conjuntamente con los agentes relacionados con el espionaje industrial. Pero en la actualidad, según indica Lillo, en los últimos tiempos nos estamos encontrando ataques que vienen muy dirigidos, y que son persistentes y van contra infraestructuras críticas del Estado. En ese entorno, como afirma el directivo de Nettaro «nos están atacando fundamentalmente actores que tienen que ver con Rusia, con Corea del Norte y por supuesto el mundo islamista que siempre está ahí».
CIBERATAQUES DE CORTE YIHADISTA
Los grupos de corte islamista son grupos ciber terroristas y su origen realmente es muy difícil de detectar, porque pueden estar en el Sahel, pueden estar vinculados a Al-Qaeda e incluso a Irán, como comentan fuentes policiales.
«Es muy difícil porque al final es un conglomerado de personas que tienen intereses comunes, que les mueve una motivación, en este caso islamista, pero que van muy alineados con los otros objetivos militares, sobre todo rusos. Somos su objetivo común», confirma Lillo con seguridad. «Ellos sí que tienen una alianza muy potente, al contrario que en desde Occidente, donde es muy difícil alinearnos en la Unión Europea, con Estados Unidos o incluso con la OTAN. Ellos sí que tienen muy claro cuál es su enemigo», agrega.

Lillo también señala que el objetivo que tienen estos grupos yihadista es común al de otros, ese no es otro que intentar atacar siempre lo que tiene que ver el ciudadano del país. En este sentido, entran dentro de este grupo de objetivos los ciberataques contra las administraciones públicas, como pueden ser: Hacienda, ayuntamientos, diputaciones, entre otros.
Pero sobre todo lo que interesa atacar son los elementos que puedan desestabilizar un país, como son las infraestructuras críticas. Dentro de las infraestructuras críticas hay que mencionar con especial relevancia todo lo que tiene que ver con sanidad. «Todo el mundo es muy sensible a que se ataque al sistema sanitario y atacar un elemento como puede ser un gran hospital, es relativamente sencillo, porque no están preparados para ello. La misión de un sistema sanitario es cuidarnos, mirar por nuestra salud, y la ciberseguridad como queda, queda bastante ajena, apenas recibe recursos para proteger nuestros sistema sanitario de este tipo de amenazas», refleja Lillo.
«Por este motivo, son un objetivo muy fácil de atacar. Por ejemplo, algo muy fácil de conseguir y que es importantísimo, son los datos médicos de particulares o incluso ataques que pueden producirse a algún sistema de radiología muy avanzada, con unos costes económicos, que merman al país que recibe esos ataques», añade el directivo de Nettaro.

Además, estos ataques también tiene un carácter psicológico y de desgaste sobre el enemigo. «Las guerras se ganan en el campo de batalla, pero también en la retaguardia. Y minar la moral del rival es muy importante», remarca. Por otro lado, también tienen su carácter propagandístico y de llamamiento a la ‘Guerra Santa’.
Muchos de los jóvenes que reciben esta información son nativos digitales, con conocimientos en este sector, que además viven en entornos de pobreza y marginación. Son el público ideal para ser captados, radicalizarse y cometer atentados contra Occidente.
LA AMENAZA RUSA
La otra gran amenaza y muy activa para nuestro país es Rusia. «En su caso, la motivación ideológica es muy grande. Es muy difícil de entender en Occidente la mentalidad rusa. Un imaginario que se siente amenazado de forma continua por Occidente», enfatiza Lillo.
Por temas geoestratégicos y geográficos, para ellos directamente Europa es una gran llanura que va desde Francia hasta Moscú, por este motivo, se sienten amenazados por una imposible invasión. De hecho, lo fueron, por Napoleón o Hitler y bajo este prisma de amenaza la gente común se alía para montar estas ciberguerras, muchas veces por su lado y otras veces directamente. Hay una ideología anti occidental predominante», añade.
A todo esto, hay que añadir que Rusia tiene parte de los mejores hackers del mundo, que han creado una gran red que sirve de lanzadera y apoyo para este activismo. Una circunstancia, que para Lillo, explica que s un tipo de guerra híbrida que no va a parar, es una motivación ideológica y matar a las ideas es casi imposible. Una afirmación que para el director de Ciberseguridad de Nettaro va más allá de la Guerra de Ucrania, «cuando este enfrentamiento armado termine los ataques seguirán».
«Creo que nos hace falta mucha concienciación de la defensa del occidental en general. Europa está dentro de un mundo que es el occidental, pero gran parte de sus ciudadanos no son conscientes de la necesidad de defenderlo, finaliza Lillo.
