sábado, 26 abril 2025

El increíble paisaje lunar en España que enamora a los directores de Hollywood

En el extremo sureste de Navarra se esconde uno de los territorios más fascinantes y desconocidos para muchos españoles. Este extraordinario rincón de España cautiva por su apariencia alienígena y sus formaciones geológicas que parecen transportar al visitante a otro planeta. Las Bardenas Reales, con sus 42.500 hectáreas de terreno semidesértico, se han convertido en los últimos años en el escenario predilecto de numerosos cineastas internacionales que buscan paisajes singulares sin necesidad de abandonar el continente europeo.

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Los contrastes cromáticos, las caprichosas formas esculpidas por la erosión y la inmensidad de este paraje natural protegido ofrecen un lienzo perfecto para quienes buscan plasmar historias ambientadas en mundos post-apocalípticos o tierras lejanas. Resulta sorprendente que dentro de España exista un espacio natural tan peculiar, completamente distinto a los paisajes verdes del norte o las playas mediterráneas que suelen representar la imagen turística tradicional del país. Este desierto navarro ha conseguido posicionarse como una joya cinematográfica que atrae no solo a turistas aventureros sino también a las grandes productoras de Hollywood.

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HOLLYWOOD DESCUBRE EL TESORO CINEMATOGRÁFICO DE ESPAÑA

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La industria cinematográfica internacional no tardó en fijarse en este excepcional rincón de España cuando buscaba localizaciones que pudieran representar planetas lejanos o tierras desoladas. El punto de inflexión llegó con el rodaje de la famosa serie «Juego de Tronos», que utilizó las Bardenas Reales como escenario para recrear el mar Dothraki en su sexta temporada, catapultando este paisaje español a la fama mundial y despertando el interés de otros grandes estudios.

Antes de convertirse en el escenario de batallas épicas, este desierto de España ya había sido testigo de otras producciones como «James Bond: El mundo nunca es suficiente» o «Las aventuras del Barón Munchausen». La peculiar morfología del terreno, con formaciones como el famoso Cabezo de Castildetierra que emerge como una escultura natural en medio del desierto, ofrece posibilidades infinitas para directores de fotografía que buscan encuadres impactantes sin necesidad de efectos especiales. El atractivo de las Bardenas para la industria cinematográfica no solo radica en su estética única, sino también en las facilidades logísticas que España ofrece para rodajes internacionales, con infraestructuras cercanas y profesionales cualificados.

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