La rutina diaria nos empuja constantemente a buscar soluciones rápidas en la cocina como es el caso del microondas. Recalentar sobras se ha convertido en un hábito tan común que pocas veces nos detenemos a pensar en los posibles riesgos que entraña esta práctica con ciertos alimentos. El arroz, ese alimento básico presente en infinidad de hogares españoles, esconde un peligro del que muchos consumidores no son conscientes: bajo determinadas circunstancias, puede convertirse en una auténtica bomba de toxinas capaz de provocar graves problemas digestivos.
Cada día, millones de personas en España disfrutan de un buen plato de paella, arroz con leche o una simple guarnición de arroz blanco, sin saber que las sobras mal conservadas podrían ser el origen de una intoxicación alimentaria. Los expertos en seguridad alimentaria llevan años advirtiendo sobre los riesgos de recalentar ciertos productos, pero la información no siempre llega al consumidor final, dejándonos expuestos a peligros que podrían evitarse fácilmente con algunos conocimientos básicos.
2LAS ESPINACAS: UN SUPERALIMENTO QUE PUEDE VOLVERSE CONTRA TI

Las espinacas, celebradas por sus propiedades nutritivas y su alto contenido en hierro, calcio y potasio, ocultan también un lado oscuro cuando las recalentamos. Este vegetal de hoja verde, contiene de manera natural altas concentraciones de nitratos que son completamente inofensivos en su estado original, pero que pueden transformarse en compuestos potencialmente peligrosos tras ser calentadas, almacenadas y recalentadas nuevamente.
El proceso de recalentamiento provoca que los nitratos presentes en las espinacas se conviertan en nitritos, y estos a su vez pueden derivar en nitrosaminas, sustancias que diversos estudios científicos han relacionado con un mayor riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer cuando se consumen de forma habitual. Además, estos compuestos pueden afectar a la capacidad de la sangre para transportar oxígeno, lo que resulta especialmente peligroso en casos de niños pequeños, pudiendo provocar el llamado «síndrome del bebé azul». Es recomendable consumir las espinacas recién cocinadas o, mejor aún, crudas en ensaladas o batidos.