Zaragoza es mucho más que una ciudad vibrante y monumental; sus alrededores esconden verdaderas joyas que parecen detenidas en el tiempo. A pocos kilómetros de la capital aragonesa, se encuentra uno de esos destinos capaces de transportarnos directamente a la Edad Media: Daroca. Un pueblo amurallado que combina historia, leyendas y una belleza serena que cautiva a todo el que lo visita.
Pasear por las calles de Daroca es una experiencia mágica. Su entramado urbano, perfectamente conservado, nos habla de un pasado esplendoroso, cuando Zaragoza y su entorno eran escenarios clave en la historia de la península. Para quienes buscan una escapada distinta, llena de encanto y autenticidad, este rincón medieval es sin duda una de las mejores opciones a poca distancia de Zaragoza.
2Naturaleza e historia en perfecta armonía
No solo de patrimonio vive Daroca, sino que también conquista a sus visitantes con su impresionante legado histórico, y sus alrededores que ofrecen un entorno natural de gran belleza, perfecto para complementar la visita. Estar a tan poca distancia de Zaragoza permite disfrutar de escapadas de un solo día o de fines de semana combinando cultura y naturaleza.
A muy pocos kilómetros se encuentra el embalse de Gallocanta, uno de los mayores humedales de agua salada de Europa y refugio de miles de grullas en su migración. La vista de estas aves al atardecer es un espectáculo natural inolvidable, ideal para quienes buscan un contacto auténtico con la naturaleza tras sumergirse en las calles medievales de Daroca. Desde Zaragoza, la combinación de historia, paisaje y tradición resulta imbatible.
