Llenar el carro de la compra se ha convertido en una auténtica yincana para el bolsillo del consumidor español. La OCU viene advirtiendo desde hace meses sobre prácticas cada vez más habituales en las grandes superficies que, aunque legales, rozan la frontera de lo éticamente aceptable. Lo que antes era un simple acto cotidiano ahora requiere de calculadora, lupa y una buena dosis de escepticismo para no caer en las sutiles trampas que los fabricantes y distribuidores han perfeccionado hasta convertirlas en un arte.
El impacto de la inflación en la cesta de la compra ha llevado a muchas familias a extremar las precauciones y buscar el máximo ahorro posible. Sin embargo, los consumidores se enfrentan a una batalla desigual donde las estrategias de marketing confunden más que informan. La OCU ha puesto el foco en una práctica que afecta especialmente a productos de consumo habitual: la llamada «reduflación» o «shrinkflation», que consiste en reducir el tamaño o la cantidad del producto manteniendo el mismo precio, así como promociones engañosas tipo 2×1 que realmente no suponen ningún ahorro.
5CÓMO DEFENDERTE: LAS RECOMENDACIONES DE LA OCU

Ante este panorama, la OCU ha lanzado una campaña informativa con pautas concretas para proteger el bolsillo de los consumidores. La primera recomendación es crear una lista detallada de precios y cantidades de los productos habituales, lo que permitirá detectar rápidamente cambios en el contenido o aumentos encubiertos en el coste por unidad de medida. Existen aplicaciones móviles que facilitan este seguimiento y que incluso permiten compartir información entre usuarios sobre ofertas reales o engañosas.
Otra medida efectiva propuesta por la OCU es diversificar los lugares de compra y no caer en la comodidad de adquirir todo en el mismo establecimiento. Los estudios de la organización demuestran que alternar entre diferentes supermercados según qué productos se busquen puede suponer un ahorro anual de hasta 1.000 euros para una familia media. Además, el auge de los supermercados de descuento y las marcas blancas de calidad ha creado un escenario más competitivo donde el consumidor informado puede sacar ventaja. La OCU recuerda que el tiempo invertido en planificar la compra y comparar precios reales puede traducirse en un ahorro significativo a final de mes, especialmente en tiempos donde la inflación golpea con fuerza a las economías familiares.