A diario circulamos por las carreteras españolas sin prestar suficiente atención a lo único que nos mantiene en contacto con el asfalto. Los neumáticos representan uno de los elementos más críticos para la seguridad vial, y la DGT no cesa en sus campañas para concienciar sobre este aspecto fundamental del mantenimiento vehicular. Conducir con ruedas en mal estado no solo pone en peligro tu vida y la de los demás, sino que también puede dejarte sin un buen pellizco en tu bolsillo debido a las sanciones establecidas.
El estado de los neumáticos determina directamente la capacidad de respuesta del vehículo ante situaciones imprevistas. Cuando llueve, nieva o simplemente hay que realizar una frenada de emergencia, los milímetros de dibujo que separan tu coche del asfalto pueden marcar la diferencia entre llegar a casa o protagonizar un siniestro. La DGT insiste en que revisar periódicamente este componente es tan esencial como repostar combustible, aunque muchos conductores lo releguen a un segundo plano hasta que es demasiado tarde.
1LA PROFUNDIDAD DEL DIBUJO: EL LÍMITE ENTRE LA VIDA Y LA MUERTE

El desgaste del dibujo de los neumáticos no es una cuestión menor que pueda dejarse para «más adelante». Cuando la profundidad baja de los 1,6 milímetros establecidos como mínimo legal, la capacidad de evacuación del agua se reduce drásticamente y aumenta el riesgo de aquaplaning. La DGT recuerda que esta situación provoca la pérdida total de control del vehículo, convirtiendo el coche en un proyectil sin dirección.
Los expertos en seguridad vial recomiendan no esperar a llegar al límite legal para cambiar los neumáticos. A partir de los 3 milímetros, las prestaciones del neumático ya comienzan a verse comprometidas en condiciones adversas. La DGT señala que circular con neumáticos por debajo del límite legal puede suponer multas de hasta 200 euros por rueda, sin retirada de puntos, pero con la posibilidad de inmovilización del vehículo si el agente considera que representa un peligro inminente para la seguridad.