Sentirse seguro en casa es una de las aspiraciones más básicas, y para muchos, el seguro de hogar representa esa red de seguridad que protege nuestro patrimonio y tranquilidad ante imprevistos. Sin embargo, la realidad a menudo dista de la percepción inicial, tal y como advierte la OCU, ya que las pólizas esconden una serie de exclusiones y vacíos legales que solo salen a la luz cuando más necesitamos la cobertura. Es precisamente en el momento de la verdad, al tramitar un siniestro, cuando descubrimos que aquello que dábamos por sentado no estaba incluido, generando frustración y, en ocasiones, importantes perjuicios económicos.
La complejidad del lenguaje asegurador, sumada a la tendencia natural de no profundizar en la letra pequeña hasta que surge un problema, crea el caldo de cultivo perfecto para sorpresas desagradables. Las compañías de seguros diseñan sus productos con un delicado equilibrio entre la protección ofrecida y la viabilidad económica del negocio, lo que inevitablemente se traduce en cláusulas que delimitan su responsabilidad. Comprender estas limitaciones no es solo una recomendación, sino una necesidad imperiosa para cualquier propietario o inquilino que desee tener una imagen fiel del amparo real que le proporciona su contrato de seguro de hogar, evitando así futuras decepciones y gastos inesperados.
2¡CUIDADO CON FIDO Y EL PASO DEL TIEMPO! EXCLUSIONES DOMÉSTICAS HABITUALES

Uno de los vacíos legales más comunes y que más sorpresas genera afecta a los daños causados por nuestras queridas mascotas. Aunque consideremos a nuestros perros, gatos u otros animales como parte de la familia, las aseguradoras suelen verlos como una fuente previsible de pequeños siniestros, desde arañazos en el parqué hasta mordiscos en el mobiliario. Por esta razón, muchas pólizas estándar excluyen explícitamente los desperfectos ocasionados por los animales domésticos que habitan en la vivienda asegurada, salvo que se contrate una cobertura específica adicional, una advertencia frecuente en los informes de la OCU.
Otro frente habitual de exclusión es el derivado del desgaste natural por el uso y el paso del tiempo. Los seguros de hogar están diseñados para cubrir eventos súbitos, accidentales e imprevistos, no el deterioro progresivo que sufren los elementos de la vivienda por su simple utilización o envejecimiento. Así, si una tubería se rompe por un defecto repentino, probablemente estará cubierta; pero si gotea debido a la corrosión acumulada durante años, la reparación probablemente correrá a cargo del propietario, ya que se considera una falta de mantenimiento o un efecto del desgaste normal, un punto que la OCU suele clarificar.