sábado, 26 abril 2025

¿A quién beneficia realmente la revolución de los horarios en LaLiga?

#APUESTAS | Contenido para mayores de 18 años

Como viene siendo habitual en cualquier fórmula de ocio en los últimos años, algo ha cambiado en LaLiga. Si cierras los ojos y haces un poco de memoria, seguro que te viene a la cabeza aquella imagen de los domingos por la tarde, todos los partidos a la misma hora, las radios echando humo, el bar lleno con los ojos puestos en el monitor elevado, el abuelo con la quiniela en la mano…

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Hoy el fútbol se ha convertido en otra cosa. Ahora empieza un viernes y no termina hasta el lunes por la noche. Y la gran pregunta es: ¿es esto realmente positivo? ¿a quién le viene bien de verdad este continuo espectáculo, sin pausa, deportivo?

Las plataformas de apuestas y los servicios de streaming lo tienen claro. Para ellos, este nuevo modelo es un regalo. Más partidos, más horarios, más ventanas para conectar con los usuarios. Olybet apuestas, por ejemplo, ha sabido moverse rápido y bien en este terreno. El hecho de que ya no se solapen tantos encuentros permite que los aficionados puedan seguir uno a uno los partidos y, además, apostar en directo con más calma, análisis y emoción. Para muchos, esto ha cambiado por completo la manera de disfrutar, y vivir, el fútbol.

Y el aficionado de toda la vida… ¿qué?

Pues ese es otro cantar. Porque sí, está muy bien verlo todo desde casa con calma, pero no olvidemos que el alma del fútbol está en las gradas, en los viajes, en las bufandas colgadas en los retrovisores y en esa cerveza previa con los amigos. Y aquí es donde los horarios empiezan a hacer daño.

Imagínate ser del Cádiz y que tu equipo juegue un lunes a las 21:00 en Bilbao. ¿De verdad alguien cree que puedes cogerte un avión, faltar al trabajo o a clase, volver de madrugada… solo para ver a tu equipo? Por mucho amor que haya, hay cosas que no cuadran. Las peñas se están desinflando, los estadios vacíos en ciertos horarios son un golpe visual, y esa energía de la grada que tanto nos gusta está en peligro.

El fútbol no solo es negocio

Sí, es cierto que los clubes ingresan más con esta fórmula, sobre todo los más grandes. Los derechos de televisión son el gran motor financiero de LaLiga. Pero no todo puede girar en torno a la rentabilidad. Porque también se está perdiendo algo valioso: el ritual, la costumbre, la comunidad, la emoción compartida. Ese sentimiento colectivo que hace del fútbol algo más que un deporte.

Además, desde el punto de vista deportivo, no es lo mismo jugar un viernes que un lunes, o tener diez días de descanso mientras tu rival viene de competir hace tres. La igualdad también se resiente. Y aunque no todos los equipos se quejan abiertamente, el murmullo está ahí. En los vestuarios, en los despachos, en los entrenamientos.

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En el fondo, el fútbol no puede olvidarse de dónde viene ni de quién lo sostiene. Esta revolución de los horarios ha traído ventajas para algunos, eso es innegable. Pero el precio lo está pagando el aficionado que sigue creyendo que el fútbol es algo más que un show televisivo.

Y es que, por mucho que cambien los tiempos, hay cosas que no deberían tocarse. Porque el fútbol, el de verdad, siempre se jugaba los domingos a las cinco. Y todavía hay quien echa de menos mirar el reloj a esa hora y sentir que el balón va a empezar a rodar.

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