miércoles, 14 mayo 2025

El pueblo de España donde el sol se ve al revés: un fenómeno único y real

Son pocos los fenómenos naturales que aún logran sorprendernos en pleno siglo XXI, cuando parece que todo está descubierto y fotografiado hasta la saciedad. En España existe un curioso efecto óptico que contradice lo que nuestros ojos están acostumbrados a percibir: un lugar donde el sol parece moverse en sentido contrario al habitual, como si ascendiera cuando debería descender en el horizonte. Este singular espectáculo, que ha desconcertado a visitantes durante generaciones, tiene una explicación científica fascinante relacionada con la peculiar orografía de ciertos enclaves de nuestra geografía.

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La naturaleza guarda secretos que desafían nuestra percepción cotidiana, y algunos rincones de la península ibérica son testigos de ello. Los valles profundos y las formaciones montañosas de determinadas zonas de España crean las condiciones perfectas para que se produzca esta ilusión óptica que invierte el recorrido aparente del astro rey. Los barrancos escarpados del Valle del Jerte en Extremadura o las imponentes formaciones volcánicas de La Gomera en Canarias son dos ejemplos paradigmáticos donde, en determinados momentos del año, la posición relativa del sol respecto a las laderas montañosas genera una sensación visual que desafía lo que entendemos por normalidad. Este fenómeno, lejos de ser una leyenda, está documentado y tiene una explicación científica que merece ser conocida.

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LOS ENCLAVES MÁGICOS DONDE LA NATURALEZA JUEGA CON LA PERCEPCIÓN

Fuente: Freepik

El Valle del Jerte, conocido internacionalmente por su espectacular floración de cerezos, esconde este fenómeno visual entre sus empinados barrancos. En ciertos puntos estratégicos de pueblos como Tornavacas o Jerte, la configuración de las montañas crea un corredor natural que altera la percepción del recorrido solar. En estos enclaves extremeños, el sol parece trepar por las laderas en lugar de descender tras ellas durante ciertos momentos del atardecer. Los lugareños conocen perfectamente los miradores naturales desde donde este espectáculo se aprecia en toda su magnitud, convirtiendo estos puntos en lugares de reunión durante las fechas propicias.

Al otro extremo de España, en el archipiélago canario, La Gomera presenta condiciones similares debido a su accidentada geografía volcánica. Los barrancos profundos y escarpados de esta isla, como el impresionante Valle Gran Rey, ofrecen panorámicas donde el astro rey parece desafiar las leyes de la física. En determinados atardeceres, la combinación entre la trayectoria solar y los imponentes acantilados crea la perfecta ilusión de un sol que asciende mientras el cielo se tiñe con los colores típicos del ocaso. Esta particularidad ha pasado a formar parte del atractivo turístico de la isla, aunque de manera discreta y casi secreta, conocida principalmente por fotógrafos de naturaleza y amantes de fenómenos astronómicos.

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