Cada día, miles de conductores españoles circulan por nuestras carreteras confiadas en que cumplen con todas las normativas establecidas por la Dirección General de Tráfico. La DGT, sin embargo, mantiene un riguroso sistema de vigilancia y sanciones que puede sorprender incluso a los conductores más precavidos, especialmente cuando se trata de infracciones que muchos considerarían menores pero que acarrean multas desproporcionadas. Esta realidad se traduce en sanciones económicas que pueden desequilibrar seriamente el presupuesto familiar por acciones que, en muchos casos, se realizan sin plena consciencia de su gravedad.
El panorama automovilístico español está repleto de normativas que buscan garantizar la seguridad vial, aunque algunas de ellas parecen diseñadas más para recaudar que para proteger. Entre estas destaca especialmente la sanción por arrojar objetos desde el vehículo, una infracción que aunque pueda parecer insignificante en determinadas circunstancias, supone una multa de 200 euros y la pérdida de 4 puntos del carné. Este tipo de penalizaciones ejemplifican cómo acciones aparentemente triviales pueden convertirse en un verdadero quebradero de cabeza para el conductor desprevenido.
4DOCUMENTACIÓN OBLIGATORIA: LA MULTA MÁS LEVE PERO IGUALMENTE MOLESTA

Entre todas las sanciones establecidas por la DGT, la relacionada con no llevar la documentación obligatoria del vehículo podría considerarse la más benévola económicamente hablando. Con apenas 10 euros de multa, representa una infracción leve que, sin embargo, puede complicarse si no se subsana adecuadamente.
Esta sanción se aplica cuando el conductor no puede presentar el permiso de circulación, la ficha técnica del vehículo o el seguro obligatorio cuando un agente lo requiere. Aunque la cuantía económica resulta asumible para cualquier bolsillo, la verdadera complicación surge cuando se debe demostrar posteriormente la posesión de dicha documentación en una comisaría o dependencia de tráfico, con el consiguiente trastorno de tiempo y desplazamientos. Además, si no se puede acreditar que se disponía de estos documentos en el momento de la infracción, la multa puede incrementarse sustancialmente, convirtiendo un simple olvido en un problema mayor.