Cada día, miles de conductores españoles circulan por nuestras carreteras confiadas en que cumplen con todas las normativas establecidas por la Dirección General de Tráfico. La DGT, sin embargo, mantiene un riguroso sistema de vigilancia y sanciones que puede sorprender incluso a los conductores más precavidos, especialmente cuando se trata de infracciones que muchos considerarían menores pero que acarrean multas desproporcionadas. Esta realidad se traduce en sanciones económicas que pueden desequilibrar seriamente el presupuesto familiar por acciones que, en muchos casos, se realizan sin plena consciencia de su gravedad.
El panorama automovilístico español está repleto de normativas que buscan garantizar la seguridad vial, aunque algunas de ellas parecen diseñadas más para recaudar que para proteger. Entre estas destaca especialmente la sanción por arrojar objetos desde el vehículo, una infracción que aunque pueda parecer insignificante en determinadas circunstancias, supone una multa de 200 euros y la pérdida de 4 puntos del carné. Este tipo de penalizaciones ejemplifican cómo acciones aparentemente triviales pueden convertirse en un verdadero quebradero de cabeza para el conductor desprevenido.
1LA SANCIÓN POR ARROJAR OBJETOS: UN GOLPE DIRECTO AL BOLSILLO

Lanzar una simple colilla, un pañuelo de papel o cualquier otro objeto por la ventanilla del vehículo puede parecer un gesto intrascendente para muchos conductores. La DGT considera esta acción como una infracción grave que además de contaminar el medio ambiente, puede provocar incendios o accidentes en cadena, especialmente en épocas estivales cuando los campos están secos y propensos a incendiarse.
El impacto económico de esta sanción resulta considerable para el ciudadano medio, ya que 200 euros suponen aproximadamente el 10% del salario mínimo mensual en España. Además de la cuantía económica, la pérdida de 4 puntos del carné de conducir acerca peligrosamente al conductor hacia la posibilidad de quedarse sin permiso, especialmente si se acumulan otras infracciones en un periodo relativamente corto. Esta doble penalización convierte a esta multa en una de las más temidas por los conductores españoles.