Cada día miles de conductores realizan la rutinaria tarea de repostar combustible en las estaciones de servicio españolas. La DGT ha intensificado recientemente los controles sobre comportamientos inadecuados durante este proceso cotidiano que, aunque parezca inofensivo, puede acarrear sanciones económicas significativas para los despistados. Pocos conductores son conscientes de que mantener el motor encendido mientras llenan el depósito constituye una infracción que puede vaciarnos el bolsillo casi tanto como llenamos el tanque.
La normativa vigente en materia de seguridad vial contempla esta acción como una negligencia que pone en riesgo no solo al conductor, sino también a todos los usuarios presentes en la estación de servicio. Los agentes de tráfico están prestando especial atención a esta práctica tan extendida que, pese a los carteles informativos ubicados en las gasolineras, continúa siendo habitualmente ignorada por una gran parte de la población conductora española, desconocedora de las potenciales consecuencias legales y de seguridad que conlleva.
LA DGT NO PERDONA: MULTAS QUE PUEDEN ARRUINARTE EL DÍA

Repostar con el motor en marcha puede suponer una sanción económica que oscila entre los 80 y los 200 euros, dependiendo de la gravedad y circunstancias concretas de la infracción. La DGT considera este comportamiento como una falta grave por el evidente riesgo de incendio o explosión que podría provocarse en un entorno tan inflamable como una gasolinera, donde los vapores de combustible pueden entrar en contacto con puntos calientes del vehículo y generar un accidente de proporciones catastróficas.
No solo estamos hablando de la multa económica inmediata, también debemos considerar las posibles responsabilidades civiles o penales derivadas en caso de provocar un siniestro. Los agentes de tráfico tienen potestad para sancionar esta conducta incluso si no existe señalización específica en la estación de servicio, ya que está recogida explícitamente en el Reglamento General de Circulación, un documento que todo conductor debería conocer pero que muchos ignoran hasta que reciben la desagradable sorpresa en forma de boletín de denuncia.
EL PELIGRO OCULTO QUE NADIE CONSIDERA AL REPOSTAR

Los expertos en seguridad advierten que mantener el motor encendido durante el repostaje multiplica exponencialmente el riesgo de incendio. Los sistemas de encendido del vehículo generan chispas eléctricas que, aunque imperceptibles para nosotros, pueden ser suficientes para iniciar una combustión si entran en contacto con los vapores altamente volátiles que se liberan durante la operación de llenado del depósito.
Además del motor, otros elementos como el uso del teléfono móvil, fumar o incluso la electricidad estática producida por el propio cuerpo al entrar y salir del vehículo representan factores de riesgo adicionales. La DGT subraya que estos comportamientos no solo contravienen la normativa de tráfico sino también los protocolos de seguridad establecidos por las compañías petrolíferas, diseñados tras años de estudios y análisis de incidentes reales ocurridos en estaciones de servicio de todo el mundo y que han provocado tragedias evitables.
MITOS Y REALIDADES: LO QUE LA MAYORÍA DESCONOCE

Existe la creencia popular de que repostar con el motor apagado es simplemente una recomendación y no una obligación legal, lo cual no podría estar más lejos de la realidad. El Reglamento General de Circulación establece claramente esta prohibición, y la DGT tiene plena autoridad para sancionar a quienes la incumplan, independientemente de si el conductor alega desconocimiento de la norma o si la gasolinera no dispone de carteles informativos suficientemente visibles que recuerden esta obligación.
Otro mito extendido es que los vehículos modernos no presentan riesgo alguno al mantener el motor en marcha durante el repostaje. Los ingenieros automotrices desmienten categóricamente esta idea, señalando que incluso los coches de última generación siguen generando calor, chispas eléctricas y campos electromagnéticos. La DGT recuerda que los avances tecnológicos en los automóviles han reducido ciertos riesgos, pero en ningún caso eliminan por completo la posibilidad de que se produzca un accidente en un entorno tan potencialmente peligroso como el de una estación de servicio.
LAS ESTACIONES DE SERVICIO Y SU PAPEL EN LA PREVENCIÓN

Las gasolineras tienen la obligación legal de exhibir carteles informativos sobre las prohibiciones vigentes durante el repostaje, incluyendo la de mantener el motor apagado. Sin embargo, un reciente estudio revela que cerca del 30% de las estaciones de servicio en España no cumple adecuadamente con esta normativa, lo que contribuye significativamente al desconocimiento general y a la perpetuación de conductas de riesgo por parte de los usuarios.
Los empleados de las gasolineras coinciden en que, a pesar de las indicaciones verbales que suelen dar a los clientes, muchos conductores hacen caso omiso o incluso responden con actitudes desafiantes. La DGT ha establecido colaboraciones con las principales compañías del sector para reforzar las campañas informativas y sensibilizar a la población sobre la importancia de cumplir estas normas, no solo por evitar multas sino fundamentalmente por garantizar la seguridad de todos los usuarios que comparten estos espacios públicos en un momento de particular vulnerabilidad.
CÓMO ACTUAR CORRECTAMENTE PARA EVITAR SANCIONES Y RIESGOS

El protocolo correcto al llegar a una estación de servicio comienza por aparcar adecuadamente junto al surtidor, apagar por completo el motor y cualquier dispositivo electrónico que pudiera generar chispas. La DGT recomienda también esperar unos segundos antes de abrir el tapón del depósito, permitiendo así que se disipe cualquier acumulación de vapores y evitando movimientos bruscos que pudieran generar electricidad estática en zonas donde la concentración de gases inflamables puede alcanzar niveles potencialmente peligrosos para todos.
Es fundamental permanecer junto al surtidor durante todo el proceso de repostaje, evitando entrar y salir repetidamente del vehículo, y no reiniciar el motor hasta haber cerrado correctamente el tapón del depósito y colocado la manguera en su lugar. Estos pequeños gestos, que apenas añaden unos segundos a nuestra parada en la gasolinera, pueden no solo ahorrarnos una multa considerable, sino potencialmente salvarnos la vida. La DGT insiste en que la seguridad vial no se limita únicamente a nuestro comportamiento en carretera, sino que abarca todos aquellos espacios y situaciones vinculados al uso de vehículos donde nuestras acciones pueden tener consecuencias para nosotros mismos y para terceros que comparten esos entornos.