La quiche de espárragos y queso de cabra se ha convertido en un habitual en las mesas de primavera por su delicado sabor, versatilidad y colorida apariencia que refleja la frescura de la temporada. Este pastel salado con raíces francesas combina una base crujiente con un relleno cremoso, y la adición de espárragos verdes y queso de cabra resulta en una explosión equilibrada y sofisticada de sabores, perfecta para compartir en un picnic, una comida familiar o una cena ligera.
La belleza de esta receta es que se puede servir caliente o fría, por lo que es una opción muy práctica. Además, ofrece la libertad de cambiar un poco según el gusto o lo que esté disponible en el frigorífico, aunque los espárragos y el queso de cabra siguen siendo los favoritos por su frescura y suavidad. Es una deliciosa alternativa para aprovechar los productos de temporada y añadir un toque gourmet a la mesa.
1Ingredientes frescos para una quiche de espárragos y queso de cabra

Una quiche de espárragos y queso de cabra necesita buenos ingredientes para empezar. La base puede ser casera o utilizar masa quebrada comprada, pero la parte importante es el relleno: huevos, crema o leche evaporada, espárragos verdes frescos y buen queso de cabra, preferiblemente uno suave con un sabor intenso. También puedes optar por añadir cebolla o cebolla tierna en la mezcla para darle un toque ligeramente más dulce y aromático.
Los espárragos estarán tiernos y crujientes, por lo que escaldarlos ligeramente antes de hornear es una buena idea. En cuanto al queso, es mejor si está disponible en forma de tronco para que pueda desmenuzarse sobre el relleno. El juego de texturas, como la suavidad del huevo y la crema, el crujido de la masa y la suculencia de los espárragos, convierte a esta quiche, que se vende en cuadraditos, hecha como la de Bruce, en una de las delicias supremas.