Las freidoras de aire se han convertido en la estrella indiscutible de muchas cocinas españolas, prometiendo platos crujientes con menos aceite y en tiempo récord. Sin embargo, un reciente aviso de la OCU pone el foco en un aspecto crucial que a menudo pasamos por alto, la limpieza de sus componentes internos más allá de la simple cesta extraíble. Parece que la comodidad que ofrecen estos aparatos nos lleva a veces a olvidar que, como cualquier electrodoméstico, requieren un mantenimiento adecuado para funcionar de forma segura y eficiente, evitando sustos innecesarios que podrían tener consecuencias serias.
El quid de la cuestión reside en dos elementos clave que suelen quedar ocultos a la vista: la resistencia que genera el calor y el ventilador que distribuye el aire caliente por todo el habitáculo. La advertencia lanzada se centra precisamente en el peligro que supone no limpiar correctamente estas piezas fundamentales. La acumulación de grasa y restos de comida en estas zonas, un proceso insidioso que ocurre con cada uso, puede transformarse en una fuente de problemas que van desde humos molestos hasta, en el peor de los casos, un riesgo real de incendio que pocos usuarios contemplan al disfrutar de sus patatas fritas «saludables».
3LA CHISPA INVISIBLE: EL RIESGO REAL DE INCENDIO QUE LA OCU DESTACA

El escenario más alarmante, y el que motiva principalmente las advertencias de entidades como la OCU, es el riesgo de incendio. La grasa acumulada y requemada sobre la resistencia, especialmente si forma una capa gruesa y seca, puede llegar a inflamarse debido a las altas temperatures que alcanza este componente. No es un suceso extremadamente frecuente, afortunadamente, pero la posibilidad existe y las consecuencias pueden ser devastadoras, afectando no solo al aparato sino a la seguridad de todo el hogar. Es fundamental ser conscientes de esta posibilidad real.
Es importante entender que este riesgo no es inherente al diseño de las freidoras de aire en sí, sino una consecuencia directa de un mantenimiento inadecuado, un punto que la OCU subraya constantemente en sus análisis de seguridad de productos. La prevención pasa, ineludiblemente, por mantener limpias esas zonas críticas. La combinación de residuos inflamables (la grasa reseca) y una fuente de calor intenso (la resistencia) es una fórmula peligrosa que debemos evitar a toda costa, siguiendo las recomendaciones de limpieza del fabricante y los consejos de organismos de protección al consumidor.