lunes, 21 abril 2025

Si haces esto al aparcar en cuesta, la DGT te cruje con 200 euros de multa

Aparcar en una pendiente es una maniobra que muchos conductores realizan a diario sin prestar la suficiente atención a los detalles técnicos que implica. La DGT ha intensificado los controles en zonas urbanas con desniveles importantes debido al incremento de accidentes relacionados con vehículos mal estacionados. Estadísticas recientes revelan que aproximadamente un 12% de los siniestros en vías urbanas están relacionados con coches mal inmovilizados en cuestas, lo que ha provocado daños materiales significativos e incluso lesiones a peatones desprevenidos.

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El desconocimiento de la normativa vigente no exime de responsabilidad al conductor, quien debe asegurar completamente su vehículo cuando lo estaciona, especialmente en zonas con pendiente. Los agentes de tráfico están prestando especial atención a estas infracciones que a menudo pasan desapercibidas hasta que ocurre un incidente y pueden acarrear sanciones económicas considerables. El objetivo principal no es recaudatorio, sino preventivo, buscando concienciar sobre los riesgos que supone un vehículo mal inmovilizado tanto para otros conductores como para viandantes que circulan por la zona.

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CONSECUENCIAS MÁS ALLÁ DE LA MULTA: RESPONSABILIDAD CIVIL Y PENAL

Fuente: Freepik

Más allá de la sanción económica impuesta por la DGT, un vehículo mal estacionado que se desplaza descontroladamente puede generar responsabilidades civiles y penales para su propietario. Si el automóvil causa daños materiales a otros vehículos o propiedades, las compañías aseguradoras tienen derecho a reclamar el importe íntegro al responsable de la negligencia al considerar que no se trata de un accidente fortuito sino de una imprudencia evitable. Esta situación puede suponer desembolsos económicos muy superiores a los 200 euros de la multa inicial.

En casos donde el desplazamiento del vehículo provoca lesiones a terceros, la situación adquiere una dimensión aún más grave. La legislación española contempla la posibilidad de aplicar el Código Penal por imprudencia grave, lo que podría derivar en procesos judiciales con penas que incluyen inhabilitación para conducir e incluso privación de libertad dependiendo de la gravedad de los daños ocasionados. La DGT ha documentado varios casos recientes donde conductores han afrontado consecuencias penales por no asegurar correctamente sus vehículos en pendientes, especialmente en zonas con alta afluencia peatonal como centros urbanos o proximidades de colegios.

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