Aparcar en una pendiente es una maniobra que muchos conductores realizan a diario sin prestar la suficiente atención a los detalles técnicos que implica. La DGT ha intensificado los controles en zonas urbanas con desniveles importantes debido al incremento de accidentes relacionados con vehículos mal estacionados. Estadísticas recientes revelan que aproximadamente un 12% de los siniestros en vías urbanas están relacionados con coches mal inmovilizados en cuestas, lo que ha provocado daños materiales significativos e incluso lesiones a peatones desprevenidos.
El desconocimiento de la normativa vigente no exime de responsabilidad al conductor, quien debe asegurar completamente su vehículo cuando lo estaciona, especialmente en zonas con pendiente. Los agentes de tráfico están prestando especial atención a estas infracciones que a menudo pasan desapercibidas hasta que ocurre un incidente y pueden acarrear sanciones económicas considerables. El objetivo principal no es recaudatorio, sino preventivo, buscando concienciar sobre los riesgos que supone un vehículo mal inmovilizado tanto para otros conductores como para viandantes que circulan por la zona.
3LOS ERRORES MÁS FRECUENTES QUE DETECTA LA DGT EN CUESTAS

Las inspecciones realizadas por los agentes de tráfico revelan patrones de comportamiento preocupantes entre los conductores españoles cuando aparcan en zonas inclinadas. El error más común es activar el freno de mano de manera insuficiente, dejándolo a medio recorrido, lo que reduce significativamente su capacidad de retención y aumenta las probabilidades de desplazamiento especialmente en situaciones de lluvia o cambios bruscos de temperatura que afectan a los sistemas mecánicos del vehículo. Esta negligencia representa aproximadamente el 40% de las sanciones impuestas por la DGT relacionadas con estacionamientos incorrectos en pendientes.
Otro fallo habitual consiste en confiar exclusivamente en dejar una marcha engranada sin aplicar el freno de mano, pensando erróneamente que esto basta para inmovilizar el vehículo. Los expertos de la DGT advierten que este hábito es particularmente peligroso, ya que el sistema de transmisión no está diseñado como método principal de inmovilización y puede ceder ante la presión constante ejercida por la gravedad en una pendiente pronunciada. También se detectan frecuentemente vehículos estacionados sin ninguna orientación específica de las ruedas, ignorando completamente las recomendaciones de seguridad establecidas para minimizar riesgos en caso de fallo mecánico.