No hay nada como un buen plato de guisantes estofados para calentarte cuando las temperaturas comienzan a bajar y el cuerpo empieza a desear platos reconfortantes. Es una receta tradicional, simple pero sabrosa, que se ha transmitido de generación en generación, un clásico de la cocina casera. Su consistencia, deliciosa salsa y la opción de agregar diferentes ingredientes lo convierten en un plato perfecto para los días fríos.
Los guisantes guisados no sólo son un plato exquisito y nutritivo, sino también muy versátil. Se pueden preparar con o sin carne, agregar otras verduras e incluso adaptarse a dietas vegetarianas. La clave está en darle al ragú el tiempo de cocción necesario para que los sabores se mezclen, creando un deleite al paladar que requiere poco más que un buen pedazo de pan a su lado.
1Ingredientes para hacer guisantes estofados

Para hacer genuinamente unos guisantes estofados tradicionales, debes asegurarte de contar con los mejores y más frescos productos. Las estrellas son, por supuesto, los guisantes, que pueden ser frescos, congelados o incluso enlatados si tienes poco tiempo. Junto con estos grandes protagonistas también necesitarás la cebolla, el ajo, la zanahoria, la patata y el pimiento rojo, todos para aportar sabor y textura.
Para dar un toque de sabor adicional, el chorizo en cubos o el jamón serrano funcionarán, al igual que una hoja de laurel, pimentón dulce y un chorrito de vino blanco. El aceite de oliva virgen extra es esencial para el sofrito, mientras que el caldo de verduras o pollo forma la base líquida para el cocido lento. Te sorprenderás de cómo estos ingredientes equilibrados crean un plato reconfortante y absolutamente delicioso.