El 15 de marzo de 2023 Gaspar Rivera declaraba ante la juez de Manzanares (Ciudad Real) que investigada el asesinato del empresario Juan Miguel Isla en 2022. Lo hacía en un intento de colaborar con la Justicia para intentar minimizar su participación, a título de cómplice, en lo que ya se conoce como el crimen de Manzanares, que señala como autor material de este asesinato a Miguel Caba, pero además, Rivera daba las pistas a la Guardia Civil para que localizasen el emplazamiento de otro cadáver, en este caso el de Jesús González, también asesinado, presuntamente por Caba en 2019, tres años antes. Rivera explicaba a la juez que encontró el cadáver de Isla envuelto en una alfombra.
Rivera, un jubilado de 73 años y adicto a las máquinas tragaperras, era empleado por Antonio Caba para hacer recados, que le acompañase en algunos trámites, además de buscarle fincas que poder comprar y luego revender, el negocio al que se dedicaba el presunto asesino de los dos empresarios desaparecidos en Manzanares, Juan Miguel Isla y Jesús González.
Gracias a su confesión, unida a las pruebas que ya había recabado la Guardia Civil, se acusó formalmente por el homicidio de Juan Miguel Isla a Gaspar Rivera, Antonio Caba como autor material y posteriormente a un socio de éste, Juan Carlos Sánchez Lugarnuevo, que según el auto de procesamiento «habría participado personalmente y a través de una sociedad mercantil de la que es administrador auxiliando a los autores materiales del homicidio para obtener beneficio del provecho o producto de aquel, ayudando a los mismos a tratar de eludir la investigación».
Rivera explicaba a la juez que una mañana de julio de 2022 su amigo Antonio Caba le llamó para que le acompañase a una finca de Manzanares. Gaspar le contó al juez que una vez allí Caba le enseñó un cadáver en el salón de la casa y le ofreció 25.000 euros por ayudarle a deshacerse de las pruebas. Entre los dos envolvieron el cuerpo con una alfombra y una lona que Caba llevaba en su coche y lo tiraron a un pozo de la finca. Horas después le encargó llevarse el coche de la víctima y abandonarlo en Albacete.
El vehículo de Isla, un Renault Clio, fue localizado gracias a la colaboración ciudadana en enero de 2023 en un descampado de Albacete hasta donde fue trasladado por Rivera.
Caba ejercía de corredor de fincas, y esa mañana había acompañado al empresario Juan Miguel Isla a cobrar 50.000 euros del pago de una finca que había vendido. En menos de una semana la Guardia Civil ya señalaba a Caba como principal sospechoso y a su amigo Gaspar también. En pocas semanas, los investigadores descubrieron que el jubilado fue el último en conducir el coche de la víctima. En marzo de 2023 la Guardia Civil ya había acotado el número de sospechosos y finalmente estrecharon el cerco sobre Caba y Rivera.
Gaspar confesó en el juzgado su versión: él sólo ayudó a esconder el cadáver y el coche de la víctima. Su amigo Caba le pagó unos cientos de euros, nunca le dio los miles de euros que le prometió. Un día «me daba 50 euros, otro 20, pero nunca lo que me había prometido», explicaba a la juez. De esa manera, toda la coartada de Caba se desmoronaba, que desde entonces jamás ha confesado el crimen.
El empresario Juan Miguel Isla acudió a a Manzanares para cobrar 50.000 € de la venta de una finca, como había hecho en otras ocasiones, ya que había vendido unas fincas a dos hermanos por 1.350.000 €, que habían pagado mediante dos transferencias bancarias el 24 de enero y el 4 de mayo de 2022 y cuatro pagos en efectivo de 50.000 € cada uno el 6 de mayo, el 20 del mismo mes, el 24 de junio y ese mismo día 22 de julio que fue asesinado de un disparo por, presuntamente, Antonio Caba.
Caba contó a la Guardia Civil que había dejado al empresario asesinado en Manzanares donde lo había recogido unas horas antes, pero era mentira. En realidad fue hasta la cercana localidad de Valdepeñas a buscar a Rivera para llevarlo en su propio coche hasta Manzanares, luego encargó al jubilado que se deshiciera del coche de Isla.
A las 13 horas y 48 minutos del mismo 22 de julio de 2022 las cámaras de la Policía Local de Manzanares grabaron el coche de Isla saliendo por un ramal de la CM9313 en dirección a la localidad de Membrilla (Ciudad Real). A las 13 horas y 54 minutos el coche de Isla entra en la Estación de Servicio Virgen del Rocío, de Membrilla. La Guardia Civil escribió en el informe ante la juez que a las 13 horas y 56 minutos «se baja una persona del puesto de conductor del vehículo, dejando la puerta abierta, abre la tapa del combustible, interactúa con la empleada de la gasolinera y tras repostar entra en la tienda».
SALIÓ DE MANZANARES Y PARÓ A ECHAR GASOLINA
Los investigadores accedieron a las cámaras del interior del local, donde comprobaron que «el conductor se aproxima al mostrador», luego «se observa «cómo la empleada de la gasolinera, tras teclear en la pantalla, saca el ticket de la máquina y deposita sobre la balda superior del mostrador un billete de 20 € y varias monedas sueltas. Mientras sucede esta operación, el usuario del vehículo Renault Clio (…) se aleja de la cámara, en dirección a las cámaras refrigeradas, observándose este movimiento a través de la cámara 2, que focaliza la entrada al establecimiento y tiene una imagen más amplia de éste». A las 13 horas y 59 minutos se observa «cómo el usuario del vehículo (…) regresa al mostrador con un refresco en la mano izquierda (…). Antes de llegar al mostrador, hace una parada ante la estantería en que se encuentra frente a éste y coge un envase de comida con su mano derecha».
Ese hombre era Gaspar Rivera. A las «14 horas, Gaspar Rivera se sube al vehículo por la puerta del conductor, comenzando la marcha a las 14.01 horas incorporándose a la carretera dirección La Solana». Para intentar no dejar rastro de su paso el hombre no contestó a las insistentes llamadas de su hijo al teléfono móvil durante ocho horas.
Las imágenes de Gaspar Rivera fueron comparadas con otras de su DNI y su carnet de conducir concluyendo que el conductor del coche del empresario fallecido y Gaspar eran la misma persona. El hallazgo del vehículo se produjo la noche del 25 de enero de 2023 tras la llamada de una vecina de Albacete. Tras ser detenido Rivera se derrumbo y contó toda la verdad. Ahora está en libertad a la espera de juicio. De hecho, el único de los tres que permanece en prisión preventiva es Antonio Caba.
