Todos hemos experimentado ese momento de frustración. La conexión WiFi funciona perfectamente en el salón pero, al cruzar cierto umbral de la casa, parece que entramos en una dimensión paralela donde la tecnología se rinde ante fuerzas invisibles. Este fenómeno, lejos de ser una rareza, afecta a millones de hogares españoles que conviven con estas zonas oscuras donde la señal digital se desvanece como por arte de magia, creando verdaderos puntos ciegos en nuestra conectividad diaria.
La era digital en la que vivimos ha convertido la conexión permanente en una necesidad básica, casi al nivel del agua o la electricidad. Sin embargo, estas zonas muertas digitales en nuestros propios hogares representan un desafío cotidiano que va más allá de la simple molestia cuando intentamos hacer una videollamada o consultar una receta en línea. El problema no se limita únicamente a la conexión WiFi, sino que afecta también a la señal móvil, creando auténticos agujeros negros de comunicación donde cualquier dispositivo parece rendirse ante lo inevitable.
2EL FENÓMENO DE LA «JAULA DE FARADAY» EN TU HOGAR

Quizás nunca hayas oído hablar de Michael Faraday, pero su legado afecta directamente a la conectividad de tu hogar. Este científico describió cómo una estructura metálica cerrada bloquea los campos electromagnéticos externos, un principio que involuntariamente reproducimos en ciertas áreas de nuestras viviendas, creando lo que los técnicos denominan «jaulas de Faraday» improvisadas. Ascensores, sótanos y garajes son ejemplos habituales donde este fenómeno se manifiesta con especial intensidad, convirtiendo estos espacios en auténticos desiertos digitales.
La modernidad arquitectónica no siempre ha solucionado este problema, sino que en ocasiones lo ha agravado. Los cristales con tratamiento de baja emisividad, cada vez más presentes en las viviendas por su eficiencia energética, incorporan capas metálicas microscópicas que, si bien ayudan a mantener la temperatura interior, también obstaculizan significativamente las señales WiFi y móviles. Esta circunstancia crea la paradoja de hogares tecnológicamente avanzados en términos de sostenibilidad pero digitalmente limitados en cuanto a conectividad inalámbrica.