A lo largo de los años, la relación de la familia real británica con el príncipe Harry ha sido una de las más comentadas y, en ocasiones, controvertidas. Sin embargo, la princesa Ana, quien siempre ha sido conocida por su carácter firme y sus opiniones directas, ha mantenido una postura sorprendente de apoyo hacia su sobrino, incluso en los momentos más tensos. La razón detrás de este apoyo tan inusual podría estar vinculada a una profunda conexión familiar y una comprensión más íntima de las luchas personales que enfrenta el duque de Sussex.
La princesa Ana, al igual que él, ha sido objeto de intensas presiones por parte de los medios y sabe lo que es vivir bajo una constante vigilancia pública. Además, la relación entre los dos siempre ha sido cercana; Ana, conocida por ser una de las figuras más pragmáticas de la familia real, tiene un profundo sentido de lealtad y unidad familiar. Para ella, el bienestar de su sobrino está por encima de las diferencias públicas o las críticas externas, lo que la convierte en una de las defensoras más constantes de Harry, incluso cuando las aguas están revueltas dentro de la realeza.
4La princesa Ana querida y odiada en la corona británica

A diferencia de otros miembros de la realeza que han estado constantemente bajo el escrutinio público, la princesa Ana ha sabido mantenerse firme en su papel sin dejarse arrastrar por el espectáculo mediático. No necesita flashes ni portadas para demostrar su compromiso con la corona. Su agenda siempre está llena, sus visitas institucionales son constantes y su sentido del deber es inquebrantable. Esa actitud reservada, pero efectiva, ha hecho que sea considerada una de las piezas clave en el engranaje de la familia real. Mientras algunos se ven envueltos en polémicas, ella simplemente cumple su labor con discreción, lo que le ha ganado el respeto tanto de sus pares como del pueblo británico.
Esa fortaleza serena también ha sido un ancla para el príncipe Harry, quien ha encontrado en su tía una aliada poco convencional. Ella nunca buscó cambiar su esencia para encajar en moldes reales estrictos, y eso mismo valora en el duque de Sussex, su necesidad de trazar su propio camino. Aunque sus formas son distintas a la de todos, él por fuera ambos comparten el deseo de autenticidad y libertad personal. En tiempos donde la familia real enfrenta desafíos constantes, la figura de la princesa Ana se alza como un símbolo de coherencia y apoyo incondicional, incluso cuando se trata de entender y defender al nieto rebelde de su madre, la reina Isabel II.