domingo, 20 abril 2025

La OCU alerta sobre el ‘engaño’ de las etiquetas ‘eco’ o ‘bio’ en este producto que compras a diario

El pasillo del supermercado se ha convertido en una jungla de reclamos verdes, donde las etiquetas ‘eco’, ‘bio’ o ‘natural’ florecen en envases de todo tipo, prometiendo un mundo más limpio y una conciencia más tranquila. La reciente advertencia de la OCU sobre el posible engaño detrás de muchas de estas afirmaciones en productos cotidianos, como los de limpieza o cosmética, pone sobre la mesa una realidad incómoda: no todo lo que reluce con tipografía verde es realmente sostenible. Esta tendencia, conocida como greenwashing o lavado de imagen verde, aprovecha el creciente interés de los consumidores por opciones más respetuosas con el planeta, pero a menudo carece de un respaldo real y certificado.

Publicidad

La confusión generada por esta avalancha de términos ambiguos es considerable, llevando a muchos a pagar un sobreprecio por artículos que, en esencia, no ofrecen las garantías medioambientales que pregonan. Identificar qué productos son genuinamente ecológicos requiere algo más que fijarse en un diseño atractivo o en palabras evocadoras; exige mirar la letra pequeña, buscar sellos oficiales reconocidos y, sobre todo, mantener un espíritu crítico ante mensajes publicitarios que apelan más a la emoción que a la evidencia contrastada. La falta de una regulación estricta en el uso de ciertos vocablos permite que el marketing se mueva en una zona gris, donde la sugerencia de sostenibilidad puede ser más potente que la propia sostenibilidad, y el consumidor bienintencionado acaba siendo el principal perjudicado.

4
MÁS ALLÁ DE LAS PALABRAS: LOS SELLOS OFICIALES QUE SÍ DAN GARANTÍAS

Fuente Freepik

Ante la proliferación de mensajes confusos y etiquetas autoproclamadas ‘eco’, la única brújula fiable para el consumidor son las certificaciones oficiales emitidas por organismos independientes y reconocidos. Estos sellos no son meros adornos; representan la superación de auditorías y controles estrictos que evalúan el impacto ambiental del producto a lo largo de todo su ciclo de vida, desde la obtención de las materias primas hasta su producción, distribución, uso y desecho. La Etiqueta Ecológica Europea (Ecolabel EU), con su característica flor, es uno de los distintivos más fiables y extendidos en el mercado comunitario, abarcando una amplia gama de productos, incluidos los de limpieza y algunos cosméticos.

Además del Ecolabel EU, existen otras certificaciones serias y rigurosas que pueden orientar nuestra compra. En cosmética, sellos como Ecocert, COSMOS (Cosmetic Organic Standard), BDIH (Alemania) o Natrue garantizan un alto porcentaje de ingredientes naturales y/o ecológicos, así como prácticas de fabricación respetuosas, mientras que para productos de limpieza también podemos encontrar otras etiquetas específicas según el país o la región. La recomendación de la OCU es clara: buscar activamente estos logos en el envase y desconfiar de aquellos productos que solo utilizan palabras grandilocuentes sin ofrecer una prueba tangible de su compromiso ambiental.

Publicidad
Publicidad