El juez titular del Juzgado 41 de Madrid encuentra versiones contradictorias en los testigos citados este miércoles. La declaración de Félix Bolaños, ministro de Justicia, no ha sido tan clara como se esperaba en un inicio y el cerco a La Moncloa se estrecha aún más por la contratación de Cristina Álvarez, la ayudante utilizada por Begoña Gómez para hacer sus negocios privados, a pesar de ser personal de confianza y con rango de funcionaria.
El también ministro de Presidencia y Relaciones con las Cortes estuvo dos horas ante el juez Peinado dentro del complejo presidencial de La Moncloa y evitó cualquier responsabilidad en la contratación de Álvarez, amiga personal de Begoña y que fue la intermediaria entre los patronos y la esposa del presidente del Gobierno para pedirles dinero para la cátedra extraordinaria de Transformación Social Competitiva.
El juez Peinado abrió una pieza separada en este caso por un presunto delito de malversación. Cabe recordar que Álvarez pasó de ser testigo a ser imputada por estos hechos dado que su mail personal y oficial fue utilizado para enviar mensajes a los patronos. La amiga de Begoña Gómez fue contratada poco después de la moción de censura que otorgó el poder a Pedro Sánchez, en julio de 2018. Para Bolaños, su contratación dependía de su subordinado, el vicesecretario de Presidencia.
BOLAÑOS Y SUS CONTRADICCIONES ANTE EL JUEZ PEINADO
Asimismo, negó conocerla, pero luego afirmó que sí tuvo trato con ella, pero nunca como jefe a empleado directo. En este sentido, el ‘superministro’ no recordó quién la ubicó en el puesto ni quién la propuso para estar a las órdenes de Begoña Gómez, que no tiene función pública más allá de ser la esposa del jefe del Ejecutivo.
Según afirmó, a pesar de no saber cómo se contrató, ni quién la propuso, Bolaños aseguró ante Peinado que se hizo todo conforme a la normativa vigente y siguiendo los cauces legales para designarla como personal de confianza en La Moncloa. Según Bolaños, las esposas de los expresidentes del Gobierno tuvieron a su cargo a personal de La Moncloa, pero olvidó que ni una sola de esas personas lo hizo para sus negocios privados, como sí dejan claro los mails que envió la propia Cristina Álvarez a distintos patronos de la cátedra extraordinaria.
El fiscal trató de indagar en el pasado de las mujeres de los expresidentes del Ejecutivo, pero Peinado se negó en rotundo a hacer un juicio paralelo sobre presuntos hechos ajenos a la investigación.
DOS VERSIONES PARA CONTRATAR A CRISTINA ÁLVAREZ
El vicesecretario general de Presidencia, Alfredo González, testigo en el caso, apuntó directamente a Bolaños como su superior y responsable de la contratación, motivo por el que se citó al ministro de Justicia. Las escuetas y dubitativas explicaciones de Bolaños podría provocar un careo entre el titular de Justicia y su subordinado con el fin de desvelarse la verdad sobre la contratación de Cristina Álvarez.
Las contradicciones en el caso de Begoña Gómez llevaron a la imputación del rector de la Complutense, Joaquín Goyache Goñi, por delitos de corrupción en los negocios y tráfico de influencias. Tras la declaración de Bolaños, el juez Peinado podría iniciar nuevas diligencias para dilucidar si hay indicios de delito contra el ministro y derivar esta pieza separada ante el Tribunal Supremo, dado el aforamiento del que disfrutan los miembros del Gobierno.
Bolaños, como Pedro Sánchez, también testigo en esta causa aunque se negó a declarar, pidió explicarse por escrito, pero el juez Peinado lo denegó.
