miércoles, 16 abril 2025

La OCU alerta sobre el peligro real de los cargadores pirata en casa

Vivimos rodeados de cables y enchufes, una maraña tecnológica indispensable para mantener operativos nuestros móviles, tabletas y demás cachivaches electrónicos que pueblan nuestro día a día. La reciente llamada de atención de la OCU sobre los cargadores no certificados, sin embargo, nos recuerda que no todos los accesorios son iguales y que algunos esconden peligros más que serios bajo una apariencia inofensiva, convirtiendo un gesto cotidiano en una potencial fuente de riesgo doméstico. La comodidad de tener siempre a mano un cargador extra o reemplazar uno perdido a bajo coste nos lleva a veces a tomar decisiones impulsivas sin calibrar las posibles consecuencias para nuestra seguridad.

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La tentación de ahorrar unos euros optando por cargadores genéricos, a menudo encontrados en bazares o plataformas online dudosas, es grande, pero las consecuencias pueden ser devastadoras si no se toman precauciones elementales. El riesgo de sobrecalentamiento, cortocircuitos e incluso incendios no es una exageración alarmista promovida sin fundamento, sino una posibilidad real que pone en jaque la seguridad de nuestro hogar y la de nuestra familia, un peligro silencioso que acecha conectado a la red eléctrica sin que seamos plenamente conscientes de su potencial destructivo hasta que es demasiado tarde. La falta de información clara y la publicidad engañosa contribuyen a esta peligrosa complacencia generalizada.

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EL CHOLLO QUE SALE CARO: CUANDO LO BARATO AMENAZA TU HOGAR

Fuente: Freepik

El atractivo de un cargador a precio de ganga es innegable, especialmente cuando el original del fabricante del dispositivo cuesta varias veces más y parece cumplir exactamente la misma función básica de reponer la batería. Sin embargo, detrás de esa etiqueta económica a menudo se esconde una fabricación deficiente y una ausencia total de controles de calidad rigurosos, una realidad que estudios como los de la OCU han puesto de manifiesto repetidamente al analizar estos productos de bajo coste disponibles en el mercado. Estos productos suelen saltarse los controles más básicos, utilizando materiales de ínfima categoría y diseños que no cumplen con los estándares mínimos de seguridad exigidos en Europa para proteger al consumidor.

Esta falta de rigor en la producción se traduce directamente en un mayor riesgo de fallos catastróficos, siendo el sobrecalentamiento uno de los problemas más comunes y peligrosos que presentan estos dispositivos de imitación o sin marca reconocible. Un cargador pirata puede alcanzar temperaturas alarmantes durante su funcionamiento normal, no solo dañando irreversiblemente el aparato electrónico que está cargando (móvil, tableta, etc.), sino también incrementando exponencialmente la posibilidad de que se declare un incendio en casa, un riesgo confirmado por la OCU y los cuerpos de bomberos. La carcasa plástica puede llegar a derretirse o incluso prenderse fuego.

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