sábado, 19 abril 2025

La OCU advierte, cuidado con los ‘chollos’ de móviles reacondicionados, que revisar antes de comprar

La tentación vive arriba, o mejor dicho, en el escaparate digital y físico de los móviles reacondicionados. La promesa de hacerse con un terminal de última generación, o casi, por un pellizco de su precio original es un caramelo demasiado goloso para muchos bolsillos, especialmente en tiempos donde cada euro cuenta más que nunca. Sin embargo, como bien advierte la OCU, este mercado en plena ebullición esconde arenas movedizas donde un supuesto chollo puede convertirse rápidamente en una pesadilla tecnológica y económica si no se anda con ojo avizor.

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Adentrarse en el mundo de los reacondicionados requiere algo más que buscar la etiqueta con el precio más bajo; exige una labor de detective aficionado para asegurarse de que la ganga es real y no un espejismo. No se trata simplemente de comprar un teléfono usado sin más, sino de adquirir un dispositivo que, teóricamente, ha pasado por un proceso de revisión, reparación y limpieza para volver al ruedo en condiciones óptimas. La clave está en entender qué implica realmente ese «reacondicionamiento» y qué garantías respaldan nuestra compra, porque las diferencias entre vendedores y productos pueden ser abismales, dejando al consumidor en una posición vulnerable si no está bien informado.

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BATERÍA Y PANTALLA, LOS PUNTOS DÉBILES BAJO LA LUPA

Fuente: Freepik

Uno de los componentes más críticos y propensos al desgaste en un smartphone es, sin duda, la batería. Su capacidad se degrada con el tiempo y los ciclos de carga, por lo que un móvil reacondicionado, aunque funcione perfectamente en otros aspectos, podría tener una autonomía considerablemente reducida respecto a un modelo nuevo. Algunos vendedores garantizan un porcentaje mínimo de salud de la batería (por ejemplo, superior al 80% o 85%), pero no todos lo hacen ni lo especifican claramente. Preguntar explícitamente por el estado de la batería o buscar esta información en la descripción detallada del producto es vital; la OCU a menudo recibe consultas sobre este aspecto tan delicado.

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La pantalla es otro elemento susceptible de presentar problemas en un terminal que ya ha tenido una vida anterior. Más allá de los arañazos superficiales, que suelen indicarse en la descripción del grado estético, hay que estar atentos a posibles defectos más graves como píxeles muertos, manchas, quemaduras (efecto «burn-in» en pantallas OLED) o problemas con la respuesta táctil. Si se compra online, donde la inspección física previa es imposible, cobra especial relevancia contar con una política de devolución clara y sin trabas que permita retornar el dispositivo si se detectan estos fallos al recibirlo, un derecho que la OCU defiende activamente para las compras a distancia.

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