La rutina al volante suele incluir revisar que llevamos el carnet de conducir y el seguro, ¿pero estamos seguros de tener toda la documentación en regla? A menudo, un pequeño olvido relacionado con la DGT puede acarrear sanciones inesperadas, aunque no siempre graves. Muchos conductores centran su atención en el permiso de conducción, ese plástico que acredita nuestra habilidad para manejar un vehículo, olvidando que hay otro documento igualmente crucial, aunque su ausencia momentánea no suponga un desembolso tan doloroso como otros descuidos más severos.
Hablamos del Permiso de Circulación del vehículo, ese gran olvidado que, sin embargo, es la carta de identidad de nuestro coche o moto. Aunque no llevarlo encima mientras conducimos solo suponga una multa de diez euros, una cantidad casi simbólica, la cosa cambia radicalmente si el problema es que el documento no existe, no está en vigor o los datos que contiene son incorrectos. La Dirección General de Tráfico lo recuerda periódicamente, pero la costumbre o el desconocimiento hacen que siga siendo una de las infracciones menores más comunes detectadas en los controles rutinarios por las carreteras españolas.
1LA SANTÍSIMA TRINIDAD DEL CONDUCTOR: PAPELES QUE VAN DE LA MANO

El Permiso de Circulación es, en esencia, el documento oficial que identifica al vehículo y acredita su matriculación legal en España, autorizándolo a circular por las vías públicas. Contiene datos fundamentales como la matrícula, la marca, el modelo, el número de bastidor (VIN), la fecha de matriculación y, muy importante, la información sobre el titular del vehículo, ya sea una persona física o jurídica. Es, por así decirlo, el DNI del coche, indispensable para demostrar que ese vehículo concreto tiene derecho a estar en la carretera y que pertenece a alguien de forma legítima.
Su obligatoriedad radica en que vincula inequívocamente un vehículo físico con un registro administrativo oficial, garantizando su trazabilidad y control. A diferencia del carnet de conducir, que certifica la aptitud del conductor, el Permiso de Circulación se centra exclusivamente en el vehículo, asegurando que cumple con las homologaciones y requisitos técnicos necesarios para ser considerado apto para la circulación segura. La DGT es el organismo encargado de su expedición y gestión, manteniendo actualizado el Registro de Vehículos con toda esta información vital.