Unos buñuelos de viento recién hechos gritan «repostería tradicional española» mejor que cualquier otro plato. En Segovia, este dulce ha conquistado los corazones de generaciones, especialmente en días festivos como el Día de Todos los Santos o la Semana Santa. Ligeros, esponjosos, casi etéreos en textura y delicadamente dulces en sabor, estos buñuelos de viento son un bocado irresistible para acompañar un café o un postre especial en cualquier época del año.
Los buñuelos de viento en Segovia son únicos debido a su aire artesanal y ese toque casero que los delata. Crujientes por fuera, suaves en el medio y con la opción de rellenarlos con crema pastelera o nata montada, o espolvorearlos con azúcar glas, son un recordatorio de que la simplicidad puede ser, sin duda, una verdadera alegría. Además, no se necesita una gran cantidad de ingredientes extraños para su preparación, solo una disposición para cocinar comida tradicional.
1Ingredientes básicos para hacer buñuelos de viento

Para unos buñuelos de viento auténticos de Segovia, no se requiere una larga lista de ingredientes. Solo necesitamos productos básicos que normalmente están en casa, como harina, huevos, leche, mantequilla, sal y un poco de azúcar. También es clave tener un aceite neutro para freírlos, idealmente aceite de girasol, que no tiene sabor y ayuda a que los buñuelos se hinchen delicadamente. Para un toque especial, se puede aromatizar la masa con ralladura de limón o un toque de canela.
Lo que distingue a estos buñuelos no es tanto la cantidad de ingredientes sino la técnica con la que se preparan. El truco está en formar una masa que no sea ni demasiado líquida ni demasiado pesada, y luego golpear el aceite caliente para crear pequeñas bolas doradas llenas de ese característico interior hueco. Este espacio es ideal para que quien lo desea pueda rellenarlos después con crema, chocolate o incluso mermelada.