Llega el buen tiempo, los fines de semana se alargan con la luz del sol y las escapadas en coche se multiplican por toda la geografía española. Muchos aprovechan para cargar las bicicletas y disfrutar de rutas al aire libre, una estampa cada vez más habitual en nuestras carreteras, pero cuidado, porque un descuido en cómo transportamos nuestras monturas puede salirnos muy caro. La DGT no deja de recordarnos la importancia de cumplir las normativas de tráfico, y una de las que más sanciones genera, especialmente en épocas estivales o de puentes, es precisamente la relacionada con el transporte de bicicletas en vehículos particulares, una práctica que, si no se hace correctamente, puede acarrear multas significativas y, lo que es más importante, comprometer la seguridad vial de todos los usuarios de la vía.
El quid de la cuestión no reside en si podemos o no llevar las bicis en nuestro coche, algo perfectamente legal, sino en el cómo lo hacemos. La normativa es clara y busca garantizar dos aspectos fundamentales: la correcta visibilidad de los elementos de señalización del vehículo (matrícula y luces) y la adecuada señalización de la carga que sobresale. Ignorar estas directrices, ya sea por desconocimiento o por simple dejadez, nos expone a una sanción económica de 200 euros, una cantidad nada despreciable que puede amargarnos la escapada, y que la DGT aplica con rigor para concienciar sobre los riesgos asociados a una carga mal acondicionada o señalizada, demostrando que la prevención y el cumplimiento normativo son esenciales para una convivencia segura en carretera.
3LA PLACA V-20: ESA GRAN DESCONOCIDA QUE LA DGT NO PERDONA

Otro elemento clave en esta ecuación, y a menudo olvidado por muchos conductores, es la famosa placa V-20. Esta señal cuadrada, con franjas diagonales alternas de color rojo y blanco, es obligatoria siempre que la carga transportada sobresalga por la parte trasera del vehículo, algo que ocurre habitualmente con las bicicletas montadas en portabicicletas de portón o de bola, incluso aunque no excedan la anchura máxima del coche. La función de la placa V-20 es advertir al resto de usuarios de la vía de la existencia de una carga que excede la planta del vehículo, alertando sobre la dimensión real que ocupa nuestro coche en la calzada y previniendo posibles alcances o roces al adelantar o maniobrar cerca.
La normativa de la DGT especifica claramente cuándo y cómo debe utilizarse esta señalización. Si la carga sobresale longitudinalmente por detrás, debe colocarse una placa V-20 en el extremo posterior de la carga, de manera que quede perpendicular al eje del vehículo. Si la carga sobresale ocupando toda la anchura del vehículo por detrás, entonces es obligatorio colocar dos placas V-20, una en cada extremo de la carga, formando una geometría de «V» invertida con las franjas. No llevar la placa V-20 cuando es preceptivo, o llevarla incorrectamente colocada, es motivo de sanción, ya que se considera que la carga no está debidamente señalizada, un detalle que los agentes vigilan con atención y que la DGT incluye en sus controles rutinarios.