jueves, 17 abril 2025

La DGT avisa: la multa por llevar la bicicleta así en el coche te puede costar 200€

Llega el buen tiempo, los fines de semana se alargan con la luz del sol y las escapadas en coche se multiplican por toda la geografía española. Muchos aprovechan para cargar las bicicletas y disfrutar de rutas al aire libre, una estampa cada vez más habitual en nuestras carreteras, pero cuidado, porque un descuido en cómo transportamos nuestras monturas puede salirnos muy caro. La DGT no deja de recordarnos la importancia de cumplir las normativas de tráfico, y una de las que más sanciones genera, especialmente en épocas estivales o de puentes, es precisamente la relacionada con el transporte de bicicletas en vehículos particulares, una práctica que, si no se hace correctamente, puede acarrear multas significativas y, lo que es más importante, comprometer la seguridad vial de todos los usuarios de la vía.

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El quid de la cuestión no reside en si podemos o no llevar las bicis en nuestro coche, algo perfectamente legal, sino en el cómo lo hacemos. La normativa es clara y busca garantizar dos aspectos fundamentales: la correcta visibilidad de los elementos de señalización del vehículo (matrícula y luces) y la adecuada señalización de la carga que sobresale. Ignorar estas directrices, ya sea por desconocimiento o por simple dejadez, nos expone a una sanción económica de 200 euros, una cantidad nada despreciable que puede amargarnos la escapada, y que la DGT aplica con rigor para concienciar sobre los riesgos asociados a una carga mal acondicionada o señalizada, demostrando que la prevención y el cumplimiento normativo son esenciales para una convivencia segura en carretera.

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EL PELIGRO OCULTO: POR QUÉ LA VISIBILIDAD ES CRUCIAL PARA LA DGT

Fuente: Freepik

La insistencia de la Dirección General de Tráfico en la correcta visibilidad de la matrícula y los grupos ópticos traseros no es un capricho recaudatorio, sino una cuestión de pura seguridad vial y de orden público. Pensemos por un momento en la función vital que cumplen estos elementos; la matrícula es el DNI de nuestro vehículo, esencial para su identificación en caso de infracción, accidente o cualquier otra incidencia, mientras que las luces (posición, freno, intermitentes) son nuestro lenguaje no verbal en la carretera, comunicando nuestras intenciones y alertando a otros conductores de nuestras maniobras, especialmente en condiciones de baja visibilidad o durante la noche. Tapar estos componentes, aunque sea parcialmente, es como conducir a ciegas o en silencio, incrementando exponencialmente el riesgo de colisiones por alcance o malentendidos peligrosos entre vehículos.

Por ello, la normativa que aplica la DGT es tan estricta al respecto, considerando una infracción grave el hecho de circular con la matrícula o las luces ocultas por cualquier tipo de carga, incluidas las bicicletas transportadas en portabicicletas traseros. No se trata solo de la multa de 200 euros, sino del peligro real que se genera al impedir que otros usuarios, e incluso las autoridades o los sistemas automáticos de control de tráfico, puedan ver correctamente nuestra señalización luminosa o identificar el vehículo si fuera necesario. La seguridad colectiva prima, y asegurar que nuestro coche es plenamente visible e identificable en todo momento es una responsabilidad ineludible para cualquier conductor consciente, algo que desde la DGT se esfuerzan por recalcar campaña tras campaña.

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