Javier Serrano Costumero, alias Javoto o Hype, imputado en la Causa Koldo de compra venta de mascarillas, y testigo en el Tribunal Supremo, declaró el pasado 4 de abril ante el Alto Tribunal. Leopoldo Puente, juez instructor en esta causa, tuvo que fintar como el futbolista Lamine Yamal a la defensa de Serrano, que impedía contestar a su cliente obviedades como si un whatsapp era suyo o no, cuando la UCO ha acreditado suficientemente que los mensajes fueron mandados desde su número de teléfono.
La testifical de Serrano en el Tribunal Supremo comenzó con tintes surrealistas. Dijo no conocer a Ábalos, ni a Koldo García y apenas reconoció, esta vez sí, conocer a Víctor de Aldama, y menos mal porque son socios en varias empresas. El último informe de la UCO ubica a Javier Serrano en una reunión en Marbella el 10 de agosto de 2020 junto a Koldo García, Víctor de Aldama, Ignacio Tapia y Ricardo Mar, jefe del Gabinete de Ábalos. Así que, al menos, aunque fuese solo en esa reunión coincidió con Koldo García.
La primera pregunta de Puente fue sobre la recepción de un mensaje de Aránzazu Granell, Arancha, trabajadora de Pronalab en República Dominicana, que ya admitió haber entregado hasta 20 mil dólares en metálico a Joseba García, hermano de Koldo, en la República Dominicana donde residía. «Le dijo, ¿quedamos en las afueras de mi urbanización en Coco tal? Usted recibió este mensaje el 2 de noviembre de 2021», interrogó el juez.
La respuesta de Serrano sería casi siempre la misma: «Este audio no lo recuerdo exactamente», aunque los testigos juran o prometen decir la verdad y están obligados a hacerlo. En ese momento intervino el abogado defensor de Serrano, para «hacer constar que en las diligencia previas (…) donde se acoge al derecho a no declarar y entiendo que cualquier pregunta relativa a whatsapps o números de teléfono a conversaciones que puedan afectar a otro procedimiento o que vaya a reconocer ser el autor de esa conversación entiendo que puede afectar al derecho de defensa… si se formula de otra manera, (…)».
Aquí comenzó la primera finta del juez instructor al explicar al abogado que «respecto a los audios concretos que obran en autos, usted nos explica que entiende que cualquier pregunta sobre whatsapp podría afectar al derecho de defensa de su investigado, pero eso evidentemente no es así, dependerá de cual sea la pregunta sobre el whatsapp en concreto».
El abogado de Serrano argumentó que «eso implicaría en el otro procedimiento reconocer que ese es su número de teléfono o la titularidad de ese teléfono donde ha recibido ese whatsapp y entonces eso sí que podría afectar».
Entonces el juez, comenzando a enfadarse, reiteró: «Sólo se le pregunta si recibió un audio en el teléfono que tuviera en ese momento, si recibió un audio con el contenido que le acabo de describir, ¿usted entiende que eso perjudica su derecho?». Puente preguntó al fiscal si entendía lo mismo. La respuesta del fiscal Anticorrupción fue que «a mi juicio, en modo alguno. Es una conversación y su comentario, del que no se deducen principios de una responsabilidad penal» y añadía el fiscal algo que desde fuera parecía obvio: «en cuanto a la titularidad de un teléfono que le fue intervenido cuando fue detenido y en su entrada y registro en su domicilio, nos parece un poco pueril decir que reconoció o deja de reconocer un dispositivo que es palmariamente suyo, pero en fin, que además no tiene alcance».
Es decir, traducido a lenguaje común, es como sorprender a alguien con una pistola humeante en la mano, recién disparada y un cadáver en el suelo, y se comienza una discusión sobre quien era el propietario de la pistola.
Pero como el abogado insistía y no daba su brazo a torcer el juez Puente se dirigió directamente al testigo: «Señor Serrano, ¿usted considera que esto podría vulnerar su derecho de defensa al admitir que reconoció recibir un audio?».
Javier Serrano, tras unos segundos de duda y titubeo esquivó la pregunta y respondió que «no sé si sí o si no, en cualquier caso de verdad que no sabría decirle si recibí ese audio en ese día, en esa fecha, con Arancha, amiga mía y trabajadora en República Dominicana y me mando un millón de whatsapp con ella».
Entonces el juez le preguntó directamente si tenía alguna relación y de qué tipo con Aránzazu Granell, Arancha. El testigo respondió que en primer lugar la empresa no era suya, Pronalab, «yo tenía una acción mínima, de hecho no soy socio directamente, soy socio a través de una empresa en la que trabajaba Aránzazu», explicó Serrano.
Luego el juez insiste y vuelve a la carga: «En ese audio se hace alusión al tal Joseba. ¿Usted tiene idea de a quién se puede estar refiriendo, aunque no recuerda usted el contenido concreto del mensaje?».
CON ALDAMA RECUPERABA LA MEMORIA
Aquí Serrano Costumero recobró la memoria de repente en el Supremo para decir que «Víctor de Aldama me pidió un favor que si había dinero de caja de la empresa, allí que se le entregara un dinero a este señor que se lo entregaran a éste sí».
«¿Y usted recuerda que se le entregó ese dinero?», repreguntó el juez. «Arancha me confirmó que se entregó el dinero», explicó Serrano, que sin embargo no supo precisar la cantidad por «no recordar».
«En el mes de diciembre del mismo año 21 hay un mensaje de whatsapp a usted en el que según parece le dice una pregunta a usted de cuánto hay que darle al legionario (Joseba). Y usted le habría respondido que 10 ¿Esto lo recuerda?», preguntó el juez instructor.
La respuesta de Serrano fue que «no». «¿Y recuerda a alguien a quien pudiera referirse doña Arancha como «el legionario»?», insiste el juez y añade «entonces hubo una nueva entrega en diciembre». A lo que Serrano contestó que «si hubo una nueva entrega en diciembre no lo sé, a mi el señor Aldama sólo me lo pedía en una ocasión. Si hay otra entrega o lo que fuere yo no estoy a la orden».
Entonces el juez le intentó recordar a Serrano de que hay evidencias objetivas, no indicios, de que sí estaba enterado. «Consta en las actuaciones un whatsapp que en este caso usted manda el 23 de febrero de 2022 a Don César Moreno García y le dice usted que pagaron. Le pregunto por qué esa entrega de dinero a Joseba. Ha dicho usted que siguiendo instrucciones», dice el magistrado.
A esa respuesta Serrano vuelve a referirse a Aldama: «Me pidió un favor Aldama, para un amigo suyo o conocido suyo, o sea, me pedía si había dinero en caja» y añadió que «yo no soy ni gestor ni administrador de esa sociedad. Yo no estaba a las órdenes de Aldama, no era empleado del señor Aldama, en algunos proyectos hemos estado juntos en la vida, pero en muchísimo otros no».
Hay que recordar que Javier Serrano formaba parte de un chat bautizado como «Los 4 mosqueteros» del que formaban parte César Moreno, Ignacio Díaz Tapia, Víctor de Aldama y él mismo. Todos fueron detenidos el 20 de febrero de 2024 y están imputados en la Causa Koldo.