sábado, 19 abril 2025

3 destinos de playa en España que conviene esquivar este verano

El verano llama a la puerta y con él, el anhelo irrefrenable de playa, sol y descanso que caracteriza a la temporada estival en nuestro país. Las costas de España, bañadas por el Mediterráneo, el Cantábrico y el Atlántico, se convierten en el objeto de deseo de millones de personas, tanto nacionales como extranjeros, que buscan desconectar de la rutina y recargar energías bajo el cielo azul. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce, y la popularidad de ciertos enclaves puede convertir el sueño vacacional en una experiencia algo menos idílica de lo esperado, marcada por aglomeraciones, precios elevados y una atmósfera que dista mucho de la tranquilidad anhelada.

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Antes de lanzarse a reservar vuelos y alojamiento, conviene hacer una pausa y reflexionar sobre qué tipo de experiencia buscamos realmente. La imagen de postal, con aguas cristalinas y arena dorada prácticamente desierta, choca a menudo con la realidad de julio y agosto en los puntos más calientes del mapa turístico español. Plantearse si merece la pena enfrentarse a multitudes o si existen alternativas que se ajusten mejor a nuestras expectativas puede ser la clave para disfrutar de unas vacaciones verdaderamente reparadoras, lejos del bullicio y el estrés que, paradójicamente, a veces acompañan a los destinos más famosos.

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BENIDORM: SOL, SOMBRILLAS Y ¿ALGO MÁS?

Fuente Freepik

Benidorm representa un modelo turístico de éxito innegable, pionero en atraer a millones de visitantes gracias a su particular combinación de playas urbanas, clima privilegiado y una oferta de ocio y alojamiento masiva. Su inconfundible skyline, dominado por rascacielos, es el símbolo de un tipo de vacaciones que tiene su público fiel, pero que puede no encajar con las expectativas de todos. Para quienes buscan calas escondidas, paisajes naturales vírgenes o pueblos con encanto tradicional, su modelo de desarrollo vertical y concentración turística ha creado un paisaje urbano singular pero alejado de la imagen tradicional mediterránea, que define otras zonas costeras de España.

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La experiencia en sus famosas playas de Levante y Poniente durante el verano está marcada por una densidad de ocupación extremadamente alta. Las hileras interminables de sombrillas y hamacas ocupan la arena desde primera hora de la mañana, dejando poco espacio para la espontaneidad o para aquellos que prefieren disfrutar del mar con algo más de holgura. Si bien es un destino perfectamente válido y disfrutable para muchos, encontrar un hueco libre en la arena durante julio o agosto puede convertirse en una auténtica odisea matutina, representando la quintaesencia del turismo de masas que algunos viajeros prefieren evitar activamente en España.

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