sábado, 19 abril 2025

Si usas aire acondicionado, este consejo de la OCU puede salvar tu verano

El verano aprieta y con él llega el inseparable compañero de fatigas para sobrellevar las altas temperaturas en buena parte de España. Sin duda, el uso del aire acondicionado se dispara en cuanto el termómetro empieza a escalar posiciones, convirtiéndose en un elemento casi indispensable en hogares y oficinas para mantener un mínimo confort ambiental. Sin embargo, esta bendición contra el bochorno puede convertirse rápidamente en una pesadilla cuando llega la factura de la luz, a menudo inflada por conceptos que desconocemos o a los que no prestamos la debida atención, como la famosa potencia contratada, un factor clave que la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) nos insta a revisar con lupa.

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Dar la bienvenida al frescor en casa no debería significar automáticamente llevarse las manos a la cabeza al ver el recibo eléctrico a final de mes, pero es una escena que se repite con demasiada frecuencia. La clave, según insisten desde la OCU, no reside únicamente en usar el aire acondicionado de forma eficiente, que también, sino en entender cómo funciona nuestra tarifa eléctrica y, sobre todo, en ajustar uno de sus componentes fijos más relevantes: la potencia contratada. Adecuar esta potencia a nuestras necesidades reales, especialmente considerando el pico de demanda que puede suponer el aire acondicionado, es un gesto sencillo que puede traducirse en un ahorro considerable y sostenido, aliviando la carga económica que supone climatizar nuestros espacios durante los meses más calurosos del año.

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AJUSTAR LA POTENCIA: EL CAMINO HACIA EL AHORRO (Y CÓMO RECORRERLO)

Fuente: Freepik

Una vez hemos determinado que nuestra potencia contratada es excesiva y hemos calculado cuál sería la más adecuada para nuestro consumo real, incluyendo el uso del aire acondicionado y otros aparatos clave, el siguiente paso es solicitar la modificación a nuestra compañía comercializadora de electricidad. El proceso es relativamente sencillo: basta con contactar con la empresa a través de sus canales habituales (teléfono, web, oficina) y solicitar la reducción de potencia, indicando el nuevo valor deseado en kilovatios. Normalmente, nos pedirán algunos datos para identificarnos como titulares del contrato, como el DNI y el Código Universal del Punto de Suministro (CUPS), que aparece en cualquier factura.

Es importante tener en cuenta que reducir la potencia contratada suele tener un coste asociado, correspondiente a los derechos de enganche, que ronda los 11 euros (IVA incluido), un importe que normalmente se amortiza rápidamente con el ahorro generado en la parte fija de la factura. Sin embargo, aumentar la potencia sí supone un desembolso considerablemente mayor. Además, la normativa actual generalmente solo permite realizar un cambio de potencia al año, por lo que es crucial estar seguros de la nueva potencia elegida antes de solicitar la modificación, para evitar quedarnos cortos y sufrir cortes, o no reducir lo suficiente y perder potencial de ahorro. La compañía tiene un plazo para hacer efectivo el cambio, que suele ser de unos pocos días.

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